Horacio Rodríguez Larreta firmaría en las próximas horas un decreto que modifica la capacitación de los 50.000 docentes estatales de la ciudad. La reforma establece que, a partir de 2017, los puntos obtenidos por los docentes en los cursos de capacitación caducarán cada cinco años, por lo que deberán volver a formarse si quieren alcanzar los máximos puntajes para competir por cargos y horas cátedra.
Según el gobierno porteño, la caducidad alienta la formación contínua. El decreto, que incluye otros cambios, ya recibió comentarios favorables, pero también críticas de gremios, investigadores y docentes.
En el esquema actual que se busca superar, según estadísticas del ministerio, la mayoría de los docentes alcanza el máximo puntaje a los 10 años de ejercicio profesional, es decir, cerca de los 37 años. Y como el 80% de los docentes porteños tiene entre 40 y 42 años o más, la gran mayoría ya no se capacita.
"Tenemos docentes cuyo último año de capacitación fue 1999. No tienen incentivos para capacitarse y aquellos que sí lo hacen porque son patriotas no tienen el reconocimiento que se merecen", desarrolla el subsecretario de Carrera Docente, Javier Tarulla.
En sentido contrario el docente Gonzalo Santos, señala: "Hay que ver la naturaleza de los cursos. Son necesarios cursos de conocimientos específicos y no tanto de contenidos pedagógicos". De todas maneras, Santos cree que el problema principal es la formación docente de grado: "Toda esa capacitación es tapar con parches los agujeros de la carrera".