La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) le pidió este jueves al Gobierno de Alberto Fernández que reabra el negocio aerocomercial porque la industria ya no está en condiciones de seguir soportando la parálisis y advirtió que no quiere que Argentina "se convierta en una Venezuela".
La entidad (IATA, por sus siglas en inglés) renovó este jueves su llamado a los gobiernos de América Latina y el Caribe, con un capítulo especial para la Argentina, para que reaccionen ante la pandemia y muestren caminos de salida para el negocio, dado que hay decenas de empresas en riesgo de quiebra y cientos de miles de empleos amenazados.
En el país, las empresas aerocomerciales comenzaron a prepararse un posible reinicio de los vuelos de cabotaje regulares en octubre. En los planes del Gobierno está habilitar la actividad con estrictos controles sanitarios para el 1 del mes que viene. Pero hasta ahora no hay confirmación oficial. Las compañías, mientras tanto, ya están vendiendo pasajes con aviso de que estos pueden ser reprogramados.
Por ahora, lo único activo en el sector son los llamados "vuelos especiales" para viajar al exterior que se vienen ofreciendo desde julio bajo estrictos controles sanitarios. La extensión de la cuarentena hasta el 20 de septiembre ante el incremento de contagios y muertes por Covid-19 puso en duda que los vuelos regulares puedan retornar.
El Gobierno no da señales concretas ni claras para adelante. Todo se mueve al ritmo del indicador diario de casos de Covid-19. Y, según pudo saber Vía País, en la última reunión de Fernández con gobernadores el 27 de agosto, se habló de la inconveniencia de abrir ahora el tránsito interno entre las provincias, dado que esto podría complicar sanitariamente a jurisdicciones que hoy tienen a los brotes de contagio más o menos bajo control.
Datos de actividad
IATA, un instrumento para la cooperación entre aerolíneas que promueve la seguridad, fiabilidad, confianza y sustentabilidad del negocio en beneficio de sus accionistas privados, solicitó a los países que permitan un reinicio más amplio de la aviación y a los Gobiernos les dijo que consideren proporcionar ayuda financiera a las aerolíneas.
Los últimos datos publicados por la entidad privada indican que en toda América Latina y el Caribe, la actividad medida en RPK (multiplicación del número de pasajeros que pagan por la distancia de cada vuelo) cayó un 87,5% anual en julio. Pero lo que demuestra de que hay demanda para volar es el factor de ocupación, que alcanzó el 63,1%, cuando el promedio global fue del 57,9% en julio.
Si bien hubo un capítulo para cada país, el de Argentina fue fuerte. Peter Cerdá, vicepresidente Regional de IATA para las Américas, señaló que Argentina es ahora el mercado más grande de la región donde la aviación permanece suspendida e indico que la industria ya no puede aceptar más aplazamientos de las fechas de reapertura, básicamente porque sus finanzas están destruidas.
Un pedido concreto
"La industria necesita claridad sobre cuándo se pueden reanudar los vuelos, especialmente porque todos los protocolos de bioseguridad están en su lugar. LATAM Argentina ya dejó de operar y tres aerolíneas internacionales -Air New Zealand, Emirates y Qatar Airways- anunciaron que no reanudarán los vuelos a Argentina, afectando negativamente la conectividad del país una vez que se reabran las fronteras", indicó Cerdá.
El directivo sostuvo también que la Argentina ya atravesaba una crisis económica antes del COVID-19 y expresó que el hecho de que varias aerolíneas internacionales ya hayan tomado la decisión de no regresar una vez que se levanten las restricciones, "muestra la falta de confianza en el mercado".
Antes de la pandemia, el Gobierno de Fernández había puesto en duda la parte floreciente del negocio aerocomercial argentino: las empresas de bajo costo o llamadas "low cost" (en inglés). El lunes 13 de enero, el ministro de Transporte de la Nación, Mario Meoni, aseguró que las empresas aéreas de bajo costo fueron "beneficiadas" por la gestión de Mauricio Macri, dado que recibieron en su mayoría rutas que tenían venta casi asegurada de pasajes e instó a revisar las condiciones contractuales.
“Lo que deben hacer la firmas es diversificarse más, atendiendo rutas que no sean solo las más rentables. Aquí hubo mucha competencia pero sólo dentro de destinos seguros: esto fue pescar en la pecera. Debe haber competencia real”, afirmó Meoni en una conferencia de prensa. Dos meses después desembarcó la pandemia y la cuarentena obligatoria y el cierre de fronteras hizo que los aviones quedaran en tierra.
Ahora, Cerdá dijo que "la procrastinación continuada por parte del gobierno reducirá aún más la conectividad internacional del país". Y agregó: "Desde la perspectiva de la industria, no queremos que el país se convierta en una Venezuela más que a lo largo de los años ha pasado de ser uno de los mercados de aviación clave del continente a tener ahora una conectividad internacional muy limitada".