El ingeniero Héctor Vicentin es uno de los integrantes de la segunda generación de la familia que creó el la empresa Vicentin y durante 50 años desempeñó cargos jerárquicos en distintas áreas del grupo agropecuario. Actualmente, integra el principal grupo accionista a cargo de la compañía cuya expropiación impulsó el presidente Alberto Fernández.
Héctor es hijo de Roberto Vicentin, quien en 1920 puso en marcha la empresa juntos a sus hermanos Máximo y Pedro. Todos ellos, eran inmigrantes italianos que se radicaron en Avellaneda y Reconquista, en la provincia de Santa Fe.
Para Héctor, la historia de Vicentin es su historia familiar que, en gran medida, comparte con sus primos Mireya (hija de Máximo), Rubén, Marta, Olga, Clara, Raquel y “Mary” (hijos de Pedro), y con el resto de los descendientes.
Y en una entrevista exclusiva con este medio, Héctor se animó a contar cómo se enteraron de la polémica decisión del Gobierno, de las críticas y las acusaciones contra la empresa Vicentín y de cómo su familia vive el complejo momento.
La entrevista completa:
¿Cómo recuerda los primeros años y el crecimiento de Vicentin?
Es para escribir varios tomos. Mi padre murió cuando yo tenía 20 año y estaba estudiando en Córdoba. Era una etapa realmente muy tranquila, estamos hablando de los años 60, finales del 60. Era una etapa muy tranquila, y durante los años siguientes se llevó adelante una etapa de crecimiento. Cuando nuestra generación (él sus hermanos y primos) se hizo cargo de la empresa, comenzamos una etapa de crecimiento en el marco de la política económica de la Argentina y fundamentalmente dentro de la economía santafesina. Fue el advenimiento del cultivo de soja, con el cual empezamos hacer grandes inversiones en el sur de la provincia de Santa Fe, cerca de Rosario y construimos fábricas de aceite e inclusive puertos. Acá en Avellaneda fundamentalmente hacíamos la elaboración de algodón tanto de fibra como de aceite, pero lo importante es que siempre las principales inversiones las hacíamos acá, en la zona. Nunca nos fuimos. Siempre nos quedamos a vivir acá. Desde que nací, solamente me fui para estudiar. La familia siempre vivió en Avellaneda y Reconquista, que es la ciudad vecina. Hicimos muchísimas inversiones, crecimos sostenidamente con mucho esfuerzo en distintos rubros como el agropecuario, también con un frigorífico (Friar) que compramos porque estaba en proceso de cierre y nos hicimos cargo y lo pusimos en marcha con todo lo que eso significó en años anteriores con la prohibición de exportar (en referencia a las medidas que tomó el gobierno del fallecido ex presidente Néstor Kirchner). Hemos trabajado a pérdida con ese frigorífico durante 10 años y lo mismo hicimos con una hilandería, también nos hicimos cargo manteniendo las fuentes de trabajo e inclusive aumentándolas. Me siento muy orgullo de todo eso, me gustaría que la gente lo sepa. Hemos hecho inclusive inversiones en Chaco, en Santiago del Estero, hemos desarrollado una unidad económica importantísima que desarrolló un pueblo, Bandera, en Santiago del Estero.
¿Y cuándo se comenzó a complicar la situación en Vicentin?
Fue un proceso bastante largo. La empresa comenzó a expandirse en el año 79, cuando instalamos una fábrica en San Lorenzo, Santa Fe. Después vinieron las inversiones y con ellas tuvimos muchísimos altibajos. Han sucedido muchísimas cosas en el país, como la prohibición para exportar carne que nos provocó un perjuicio económico muy grande. Y después vinieron los vaivenes de la política, retenciones sí, retenciones no. En un momento eliminaron los diferenciales arancelarios, en la época de (Mauricio) Macri. Y los créditos internacionales son los que realmente nos han perjudicado muchísimo y, sobre todo, en la comparación con las empresas multinacionales.
¿Usted se refiere al endeudamiento en dólares?
Claro. El endeudamiento en dólares fue una complicación que nosotros no hemos podido manejar, pagando intereses con los créditos ya obtenidos muy grande. En su momento fueron una panacea todos estos créditos que habíamos obtenido y después se transformaron en un collar de rulemanes. Noventa años de vida tiene la empresa.
¿Qué opina respecto a las acusaciones vinculadas con los créditos que tomaron en bancos públicos?
Se han dicho muchas cosas, muchas barbaridades sin que tomarse el tiempo de preguntar para saber cómo es el tema. Con respecto al Banco Nación y a los otros bancos públicos como el Provincia, yo sinceramente lo que puedo decir es que esto que se dice que hemos excedido la responsabilidad del banco no es así de ninguna manera. Nosotros debemos 300 millones de dólares. Ahora, que con el aumento del dólar se haya transformado en 20.000 millones de pesos, es un tema, pero siguen siendo 300 millones de dólares perfectamente pagables. Eso que se dice que excedía la relación técnica del banco habría que verlo, nosotros sostenemos que no es así. Dentro de las facultades del banco está dar esos créditos de prefinanciación de exportaciones, sobre todo teniendo en cuenta una facturación de 4.000 millones de dólares que hemos realizado en el último año. Eso no es poco, nuestra facturación era extremadamente importante.
¿La crisis monetaria que se desató en 2018 fue determinante?
La crisis monetaria que se desató en el gobierno de Macri fue terrible. Eso hizo que los intereses hayan subido de manera exorbitante. El diferencial arancelario que teníamos, entre la exportación de semillas de soja y la exportación de aceites y subproductos, se eliminó. Era de 3%, era justamente la ganancia de la empresa, con la cual la empresa subsistía. El otro tema fundamental, lamentablemente fue un hecho fortuito; fue el resultado de las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias). Esa debacle con el dólar, esas reacciones de los mercados, eso fue lo que realmente nos terminó de complicar y no hemos tenido tiempo de recuperarnos del todo. Se nos vino el gran problema encima y no hemos podido recuperarnos. Quizá con un tiempo más, un par de meses más, hubiéramos podido recuperarnos, pero esas son suposiciones mías con más expresión de deseo.
¿Cómo se enteraron de la expropiación?
Ustedes (los periodistas) se habrán enterado antes que nosotros. Me dijeron que estaba por hablar el presidente Alberto Fernández y que iba a hablar de Vicentin. 'A la pucha', pensé. Bueno, a las cinco de la tarde prendí la tele y ahí me enteré. Yo pensé que iba a ser algún anuncio, no me imaginé que iba a ser así. Nos enteramos por la televisión. ¿Cómo vivimos la situación? Con un estado de shock terrible, no esperábamos una situación semejante. En realidad, voy a ser sincero, yo sostengo que fuimos los primeros ¿No sé si se me entiende? Fuimos los primeros, es una situación desesperante. No sabemos qué hacer. Confiamos y seguimos confiando en la Justicia, en el apoyo del pueblo. Lo de ayer fue impresionante, fue algo imposible de describir el apoyo de las autoridades, del pueblo. Eso nos da ánimo para seguir.
¿Por qué cree que los gremios respaldan la expropiación?
Con el gremio de la Federación aceitera hace tiempo que estamos en conflicto. Yo quiero aclarar que con el proceso que tiene Vicentin al gremio se le debe aumento de sueldo, una gratificación de fin de año y otras cosas. Hay dos gremios, está la Federación Aceitera y también el Sindicato Aceitero. Los que están a favor de la medida del Gobierno son los de la Federación, con los que hace mucho tiempo estamos en conflicto. El personal aceitero es uno de los gremios que mejor pago está, pero bueno, está bien, ellos pelean por lo suyo y nosotros por lo nuestro. Pienso que están haciendo lo que mejor creen para el beneficio y el bienestar. El trasfondo no lo conozco.
¿Qué pasos piensan dar? ¿Ya han analizado el tema con el resto de la familia?
Con el resto de la familia hemos estado permanentemente reunidos. Somos una familia muy unida, siempre estamos en contacto. Estamos hablando de sobrinos, tíos, nietos. La familia no sabe qué hacer, esto está en manos de los directores de la empresa y fundamentalmente de los abogados. Lo que vamos a hacer es lo que los abogados digan.