El virus del sida se cobró un millón de vidas en 2016, casi la mitad desde el pico de 1,9 millones alcanzado en 2005, anunció este jueves 20 de julio la ONU en un informe anual, en el que afirma que se dio un "giro decisivo".
Según la información, "más de la mitad de las personas infectadas en el mundo reciben tratamiento y el número de nuevas infecciones por el VIH está en caída", aunque a un ritmo aún lento para frenar la epidemia.
¿Por qué descendió? Este número se explica en gran parte por una mejor difusión del tratamiento antirretroviral y se dio también en América Latina. En la región, en sólo seis años (de 2010 a 2016) las muertes disminuyeron un 12% y el año pasado la cobertura de tratamientos antirretrovirales llegó al 58% de las personas infectadas.
Durante 2016, 36.000 personas fallecieron en la región a causa de enfermedades asociadas al sida y se calcula que había 1,8 millón de infectados. Las nuevas infecciones se mantienen estables desde 2010 con cerca de 100.000 casos por año, señaló en su informe anual Onusida, el programa de coordinación de la ONU contra el sida,
Además de América Latina, la región del mundo que más progresos realizó es Africa austral y oriental, donde viven más de la mitad de seropositivos del mundo. Sin embargo, crece la alarma por la explosión de la epidemia en Europa del Este y en Asia central. La situación es particularmente preocupante en países como Rusia, Albania, Armenia y Kazajistán.
"En 2016, 19,5 millones de personas, entre las 36,7 millones que viven con VIH, tenían acceso a tratamiento", es decir más del 53%, según datos divulgados por el organismo. "Nuestros esfuerzos rindieron", se felicitó Michel Sidibé, director ejecutivo de Onusida. "Pero nuestra lucha por poner fin al sida apenas empieza. Vivimos tiempos difíciles y los progresos logrados pueden borrarse fácilmente", advirtió.
Desde el inicio de la epidemia a principios de los años 1980, unos 76,1 millones de personas se infectaron con el VIH y 35 millones de personas murieron, el equivalente a la población de un país como Canadá. No existe aún una vacuna contra el VIH o un medicamento que cure el sida.
Las personas seropositivas deben seguir un tratamiento con antirretrovirales durante toda su vida para impedir que el virus se propague.
Si no reciben tratamiento, las personas infectadas desarrollan el sida, lo que debilita el sistema inmunológico y las expone a infecciones.