Después de seguirle los pasos a River muy de cerca durante las últimas fechas del torneo, Boca dio el batacazo y, bajo la dirección de Miguel Ángel Russo, se consagró como el nuevo campeón de la Superliga Argentina.
Desde que llegó a Boca, el DT fue asentándose y encontrando el equipo que su antecesor, Gustavo Alfaro, no había podido sacar adelante. El entrenador dirigió, previos al final del torneo, siete partidos entre Copa Libertadores y Superliga: de ellos ganó cinco y empató dos. En varias oportunidades además se mostró conforme con la capacidad goleadora de sus delanteros y por su nivel futbolístico, por lo que se le hizo difícil a la hora de definir titulares.
Este invicto, junto con el flamante campeonato y la Copa Libertadores que consiguió también junto a Boca en el año 2007, son los pilares fundamentales sobre los que Russo asienta su continuidad en Boca con el apoyo de la dirigencia y de los hinchas.
De todas formas, hoy es todo alegría azul y oro. En La Bombonera y junto a su gente, el Xeneize logró levantar su título número 34 en el torneo local.