Los diez rugbiers imputados por el crimen de Fernando Báez Sosa, ocurrido en la madrugada del sábado en la puerta del boliche Le Brique, en Villa Gesell, ya no están incomunicados. Es Por eso el miércoles pudieron reencontrarse con sus familiares, que los visitaron en las comisarías 1° de Pinamar y 2° de Villa Gesell.
Mientras los jóvenes permanezcan en estas sedes policiales, podrán recibir visitas los días miércoles y sábados, durante tres horas. Niguno de los familiares habló al salir, pero un testigo del encuentro reveló algunos detalles.
El hombre presenció lo sucedido en Villa Gesell, donde se encuentra alojado Ciro Pertossi, acusado de ser coautor del crimen, y contó que fue un momento muy difícil para todos ellos. "Estaban arrepentidos", dijo el testigo sobre los jóvenes imputados. Además, aseguró que los vio "quebrados" y dijo haber escuchado "llantos".
La investigación
En la mañana de este jueves se lleva adelante la primera rueda de reconocimiento de las cuatro que se realizarán hasta el martes próximo. Los amigos de Fernando, quienes lo acompañaban aquella noche, estarán cara a cara con quienes golpearon al joven hasta matarlo.
"En caso de negativa o incomparecencia a la diligencia, la misma se realizará por reconocimiento fotográfico", afirmó el juez de Garantías, David Leopoldo Mancinelli.
Además, debe llevarse adelante una pericia sobre los 19 pares de zapatillas secuestrados en los dos allanamientos que se realizaron en la casa donde se alojaban los rugbiers. También se analizará una marca hemática y una huella en la cara de Báez Sosa.
Mediante la técnica de scopometría, los peritos podrán determinar si una huella o pisada corresponde o no a determinado calzado, y por ende, con qué calzado y quién fue el responsable de la muerte de Fernando. Además, los teléfonos celulares de los jóvenes serán peritados el 27 de enero por la Policía Federal, en su sede de Mar del Plata.