La enfermedad de Peyronie tiene poca difusión pero es común entre los hombres, se caracteriza por una cicatriz fibrosa dentro del pene que provoca erecciones curvas y dolorosas, y que puede afectar tanto la salud sexual como psicológica.
"Suele manifestarse inicialmente con dolor, y posteriormente con un grado de incurvación peneana que puede dificultar e incluso imposibilitar el coito", explica el médico especialista en ecografía y ultrasonografía, Doctor César Eisner (MN 64.575), en diálogo con Vía País.
Su nombre se debe al médico francés Francois Gigot de La Peyronie, cirujano del rey Luis XV de Francia, que fue uno de los primeros en hablar sobre esta enfermedad. Al día de hoy, más 200 años después, todavía no están claramente definidas las causas.
Según el especialista, esta enfermedad se origina por el desarrollo de tejido fibroso cicatricial dentro del pene, que limita su extensión durante la erección.
La mayoría de los pacientes con enfermedad de Peyronie también suelen presentar disfunción eréctil. "En ocasiones, desaparece sola, pero, en la mayoría de los casos, se mantendrá estable o empeorará", advierte el Dr. Eisner, también director médico de Shockwave Argentina. Por eso, el especialista hace hincapié en consultar con un médico para poder iniciar un tratamiento.
Tratamiento de la enfermedad
Según el Doctor César Eisner, cuando la curvatura alcanza un estadío en el que afecta la sexualidad, se pueden obtener "excelentes resultados con un tratamiento no invasivo en base a ondas de choque focalizadas de baja intensidad utilizando un equipamiento suizo de última generación". Esta tecnología permite corregir la curvatura y la disfunción eréctil con diferentes porcentajes de éxito, acorde a la etapa evolutiva de la enfermedad y las condiciones individuales de cada paciente.
"Las ondas de choque actúan estimulando a las células para que liberen factores de crecimiento (TGFß1, VEFG, eNOS, ON, etc.), los que producen la transdiferenciación (transformación) de fibroblastos rígidos en miofibroblastos elásticos, la revascularización de los cuerpos cavernosos y una importante vasodilatación", detalla el especialista. Y amplía: "Cuando la enfermedad se presenta con dolor, la revascularización y la vasodilatación lo suprimen al mejorar la oxigenación de los tejidos, al tiempo que cuando existen placas fibrosas, la transdiferenciación de los fibroblastos en miofibroblastos las elastiza corrigiendo la curvatura, y cuando las placas están calcificadas, la revascularización de los cuerpos cavernosos permite una rápida reabsorción del calcio, para posteriormente corregir la incurvación".
Este tratamiento es usado desde hace varios años en el Viejo Continente, pero en nuestro país, con la reciente incorporación de un sono-elastógrafo de ondas de corte, el especialista pudo comprobar su efectividad.
"Al contar con esta tecnología tenemos la posibilidad de monitorear el resultado de los tratamientos de forma objetiva, ya que más allá de la mejoría clínica, podemos medir en kilopascales y en una escala de color las fuerzas de tensión que producen la curvatura", explicó el doctor.
Además de tratar esta enfermedad, el Doctor César Eisner también cuenta con tecnología capaz de detectar cualquier patología prostática. "Lo importante es su capacidad para distinguir la patología benigna de la maligna", asegura.