El director técnico de Boca Juniors, Gustavo Alfaro tomó una decisión antes del Superclásico que no todos aceptaron con alegría: decidió dejar a Carlos Tevez como suplente.
La exclusión de Tevez tiene el objetivo de darle fluidez al juego con un 4-1-4-1 más parecido al que utilizó Boca en la altura de Quito.
Sin embargo, la decisión fue un gran disgusto para el "Apache". En su llegada al Monumental, no pudo disimular su bronca y su rostro lo dijo todo: se metió, muy serio, en el vestuario visitante a la espera de uno de los partidos más importantes de Boca en el año.