Una pareja australiana que sometió a su hija a una dieta vegetariana durante sus primeros 19 meses de vida no fue condenada a prisión por la Justicia de ese país a pesar de las consecuencias que infligieron en la salud de la bebé. En cambio, les brindaron 18 meses en un programa intensivo correccional similar a 300 horas de trabajo comunitario.
La sentencia máxima que contempla la ley de Australia para estos casos son de cinco años de la cárcel, pero el tribunal determinó que la madre padecía depresión post parto ''tan grave que eso afectó su habilidad a atender a su hija''.
En marzo de 2018, la niña sufrió una convulsión y fue ingresada en el hospital infantil de Sídney. Allí los médicos comprobaron que, debido a la dieta desequilibrada e inadecuada para su edad que le impusieron sus padres, basada en avena, leche de arroz, verduras y tofu, la pequeña padecía raquitismo y no había completado las etapas clave de su desarrollo físico.
A los 19 meses de edad, la niña aún no tenía dientes, sus huesos eran finos y solo pesaba unos 4,9 kilos. Según los estándares de la Organización Mundial de la Salud, el peso de un niño de esa edad sin problemas de desarrollo oscila entre 8,6 y 15 kilos. Según la cuidadora tutelar, que compareció en calidad de testigo ante la juez, la pequeña parecía ''un bebé de tres meses''.
La madre, de 33 años, y el padre de 35 se declararon culpables en diciembre de 2018 ante un tribunal en Sídney por ''poner en riesgo" la salud de su hija y de "haberle causado lesiones graves''. Actualmente, la condición de la niña ha mejorado y se encuentra en la casa de su tía paterna. Aunque los padres tienen acceso a su hija, deben hacerlo bajo supervisión estatal. Según publicó RT.