La Iglesia Católica aceptó este miércoles la invitación al diálogo que le hizo el presidente Mauricio Macri, pero pidió que para que tenga resultados sean convocados "todos los actores políticos y sociales" y se elabore una "agenda de consensuada".
La posición favorable aunque con reservas por parte de la Iglesia Católica a la carta que envió Macri el lunes pasado está contenida en una misiva que le envió la comisión ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) que preside el obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea.
Antes de sentar su posición ante el convite presidencial a discutir los diez puntos propuestos para dar una señal de gobernabilidad al mercado financiero de cara a las elecciones, los obispos recordaron la participación de la Iglesia Católica “históricamente de diversos encuentros que buscaron salidas fecundas para el país.
Recordaron en ese sentido la experiencia de la Mesa de Diálogo Argentino de 2001 cuando el episcopado, ante la crisis económica y social, impulsó una espacio de diálogo entre los principales dirigentes políticos y sectoriales del país.
En esa ocasión, la Conferencia Episcopal sostuvo que "el diálogo imprescindible y urgente necesita renunciamientos sinceros en la mente y el corazón de toda la dirigencia; debe tener como horizonte la fundación de un tiempo nuevo y no ser el espacio de un intercambio de beneficios o de réditos políticos; y debe ser una búsqueda sincera de la verdad y del bien de todos con una permanente preocupación por los más pobres".
En línea con esa posición, este miércoles respondió positivamente a la convocatoria de Macri, pero aclaró: "Para que sea fructífera debe haber ante todo un encuentro de todos los actores políticos y sociales, para escuchar detenidamente las prioridades de cada uno y, luego de una escucha atenta, buscar elaborar una agenda consensuada que exprese con la mayor fidelidad los aportes positivos de los convocados y que debe ser el resultado de un encuentro y no anterior a él".
“Consideramos muy importante favorecer un ámbito de diálogo para la búsqueda de consensos en torno a una agenda abierta y sensible a la realidad nacional, a la vida de los más pobres y al proyecto de país que soñamos y queremos”, señaló.
También hizo referencia a que “la solidaridad y la importante intervención del Estado en relación con la dignidad de todos los argentinos no debieran estar ausentes, porque constituyen el marco humano e institucional que aseguran un acuerdo duradero”.
La carta fue datada en Roma donde la cúpula de los obispos argentinos participa de reuniones con el papa Francisco de análisis sobre la situación económica, social y política del país en vísperas de las próximas elecciones
Por la corresponsalía de Buenos Aires.