Tras el derrumbe en junio de un galón en Guaymallén que le costó la vida a un niño de 4 años y a su madre, de 21, la Dirección de Obras Privadas realizó un relevamiento que determinó que en ese departamento alrededor de 15 mil viviendas son de adobe o mixtas.
De esas 15 mil, 250 deben ser demolidas en el corto plazo porque son potencialmente peligrosas. Sus propietarios ya fueron notificados que deben empezar a derribar las construcciones de manera inmediata. Sin embargo, las 15 mil deberán ser destruidas tarde o temprano.
Pero de esas 250, sólo 15 familias recibirán ayuda económica del Desarrollo Social del municipio, según está confirmado hasta ahora.
La directora del área, Silvia Donatti, señaló que le solicitó a su par de Obras Privadas, Miguel Valentini, que “antes de notificar al propietario que debe desalojar y derrumbar su casa, me lo informen a mí para que una asistente social se contacte con esa familia y evalúe su situación. Y, de esta forma poder ayudarlos con un aporte económico o materiales de construcción, si la vivienda permite ser reparada”.