Luego de la defensa de los últimos bastiones argentinos, ante el inminente avance británico y las bajas argentinas, se llegó a un acuerdo de dejar de ejecutar acciones hostiles entre los bandos. Mario Benjamín Menéndez y Jeremy Moore firmaron el cese del fuego y retiro de tropas. Así fue que se emitió el comunicado 165 del Estado Mayor Conjunto donde se documentó donde y donde se establecieron las condiciones para terminar con el enfrentamiento.
Lugares como: Puerto Argentino, Darwin, Pradera del Ganso, San Carlos, Monte Dos Hermanas, Monte Harriet, Monte Longdon, Monte Tumbledown, Cerro Zapador, Isla Borbón, Isla de los Leones Marinos, Islas Georgias y zonas marítimas circundantes de las Islas Malvinas, fueron testigos de que nuestros soldados de las Fuerzas Armadas y Fuerzas de Seguridad dieron todo por defender nuestra Soberanía Nacional.
Giachino, Cisnero, Ledesma, Gómez Roca, Castillo, Carballo, Barrionuevo; fueron algunos de los apellidos que resonaron de la Guerra de Malvinas, pero muchos más son los que están en los bronces de la Patria y en los memoriales de Caídos a los lago del país. Aunque muchos quisieron llevar a cabo la más dura hostilidad: el proceso de desmalvinización; donde el objetivo era tapar el accionar heroico de nuestros soldados aun poniendo en tela de juicio la participación de los soldados conscriptos que lucharon con gran valentía.
Fueron 74 días de enfrentamiento contra la potencia más grande del mundo y con el plus del acompañamiento de los países de la OTAN, más algún otro sudamericano. Fueron 74 días los que duró la guerra. Allí se probó el valor y las habilidades de nuestras tropas que los llevaron a realizar maniobras nunca antes vistas por el mundo: vuelo rasantes de aviones, lanzamientos de misiles mar mar desde tierra, incursiones Comando, ataques y combates cuerpo a cuerpo, enfrentamientos entre buques de superficie contra submarinos, submarino contra helicópteros de combate, enfrentamientos aéreos y aeronavales. Todas estas acciones no solo sorprendieron a los más expertos oficiales y comandantes británicos y de la OTAN, sino que sorprendieron a todo el mundo.
El 14 de junio de 1982, fue el fin del sonido de metrallas, el fin de la guerra armada, pero no es una fecha donde se renunció a la lucha por nuestra Soberanía. No fue ni rendición ni derrota, porque se ganó con la recuperación de la Soberanía y Argentina se ganó el respeto del mundo. Hoy a casi 4 décadas, algunos soldados partieron, pero el legado queda y la lucha va a continuar. Malvinas es, generacionalmente, una Causa irrenunciable y perdurará hasta que vuelva a flamear nuestra bandera en lo más alto de los mástiles de las islas.