El Centro Educativo Coihue no es uno más de esos centro de aprendizajes a distancia, por el contrario tienen un origen diferente nos decía su dueño "…este centro nació de una semilla plantada en Medio Oriente y luego dijimos, tenemos que hacerlo aquí en Ushuaia…" nos explicaba
"…En el año 2017 pudimos conocer unas personas que trabajaban con los refugiados Sirios, y en especial con los huérfanos y las viudas, ellos estaban buscando apoyo, para llevar algo, a esas personas que por su condición de refugiados, no pueden trabajar, ni recibir educación ni atención médica, sólo pueden disponer de un lugar para subsistir después del trauma de haber abandonado todo en su tierra para salvar sus vidas.
Fue entonces que pensamos que aprender a coser sería una manera para que esas viudas encontraran un medio de sustento, y así empezamos lo que hoy llamamos costureras el alma, ya que entendemos que a través de la costura podrían zurcir en parte sus heridas emocionales,-Nos dijo- empezamos con dos máquinas y se fueron sumando más a medida que nos contaban el interés de estas madres por aprender, y hoy el producto del trabajo de las costureras refugiadas alcanza a 120 personas, concluyó.
En mayo de este año el C.E.C. abrió sus puertas para enseñar en Ushuaia, al igual que en Medio Oriente, a coser a cada mujer que crea que con sus manos y una máquina de coser puede cambiar su forma de mirar y construir la vida, por eso estamos aquí, nos decía su propietario.
Los alumnos llegan con sus máquinas y entre telas y papeles hilvanan sus sueños de producir sus propias prendas, o de encontrar a través de la costura una salida laboral que ayude a sus economías. Otros más ambiciosos se perfilan a la distancia como los diseñadores del futuro, tal vez identificados con el coihue, árbol que les dio su nombre, que crece todo el tiempo, pues sus hojas no caen y reciben la luz en toda estación y darán fruto en su tiempo y seguramente todo lo que hagan prosperará. Así avanzan al futuro este grupo de apasionados por la costura.