Según la denuncia publicada por el padre de los dos menores de edad (12 y 16 años) en la organización social " La Garganta Poderosa", Martinez aseguró que a sus hijos "los pasearon para golpearlos brutalmente".
El padre de las supuestas víctimas contó el hecho sucedido el pasado domingo 20 de septiembre en la ciudad de Ushuaia: "el último domingo fue un día de terror; a las 6:56 de la mañana me llamaron desde la Comisaría de Géneros y Familia para decirme que tenían a mis dos hijos detenidos 'porque se encontraban en un vehículo alcoholizados' lo cual no fue así" enfatizó Martinez.
Siguiendo con el relato detalló "todo sucedió en el Barrio La Cantera, alrededor de las cuatro de la mañana del domingo, cuando un patrullero se le cruzó a Mateo (hijo mayor) y sus amigos; fueron requisados y sólo a Mateo lo subieron a un móvil. En ese momento mi mamá y mi hijo menor estaban en casas cercanas al lugar, cuando un vecino les contó la situación, se acercaron al sitio para saber que ocurría. Sin darles ninguna explicación una mujer policía y un efectivo masculino le doblaron los brazos a mi madre y la tiraron al piso. Ella tiene cáncer de tiroides y tres hernias de disco; es paciente de riesgo, aunque no les importó nada. Ante esta situación Mateo se bajó del patrullero para gritarles que dejaran a su abuela, pero lo agarraron a él, le sacaron el barbijo y empezaron a pegarle puñetazos en la cara, lo tomaron del cuello y lo golpearon en la espalda a rodillazos".
"Finalmente se lo llevaron a él y a su hermano a la comisaría en un furgón -que llegó minutos después de las detenciones- y a mi madre la trasladaron a la Comisaría Tercera.
"Estuvieron en manos de los oficiales al menos tres horas, esposados. Cuando llegué a la Comisaría, minutos después de que me avisaran lo sucedido, estaba hablando con el suboficial Miguel Cruz mientras hacía los trámites correspondientes y vi que mi hijo estaba lleno de moretones, chorreando sangre. Fue entonces que exigí que nos llevaran a un hospital de manera urgente, (hasta entonces ni siquiera me habían dicho que mi mamá también estaba demorada). En plena desesperación, vi al oficial Ezequiel Maximiliano Espinosa doblándole la mano a Mateo, agarrándolo del cuello y pegándole trompadas en el rostro otra vez. El más chico le gritó al policía que estaba golpeando al hermano y delante de toda la comisaría, aun de su propio jefe, le dio una patada a un niño de 12 años que mide un metro veinte, y otro policía lo agarró del cuello".
Según fuentes oficiales hasta ahora, Espinosa fue el único apartado, a pesar de que hay muchos más oficiales involucrados.
Para finalizar Martinez comentó, "no existe ningún papel de todo esto, de que los detuvieron ni de que los liberaron. A mis hijos se los llevaron como un secuestro y los torturaron. El mismo suboficial Cruz me dijo que no podía tomarme la denuncia, pero a Mateo lo dejaron lleno de chichones, hematomas, marcas en toda la cara, el cuello, los brazos, las rodillas y la espalda. Hoy todo está en la nada, ya denuncié y no sé qué va a pasar".
Con respecto al estado actual de sus hijos contó, "Mateo estuvo dos días durmiendo después de esta represión, está demasiado angustiado y con mucho temor de salir a la calle. Necesitamos tranquilidad y contención, mi familia está absolutamente desprotegida. Espero que haya justicia porque la brutalidad ya es moneda corriente; las Fuerzas de Seguridad deben estar para cuidarnos, no para cagarnos a palos. Es fundamental que se haga una investigación y que tengamos los datos de los funcionarios que pasearon a dos menores para golpearlos. Es necesario que actúen la Justicia y el Estado, sentenció.
- Cabe destacar que