La Legislatura de Tucumán convirtió en ley una propuesta nacida en un aula: estudiantes del Colegio María Auxiliadora de San Miguel de Tucumán impulsaron el programa “Marca Tucumán Sustentable”, que busca premiar buenas prácticas ambientales en la producción y facilitar un consumo más informado.
La iniciativa llegó al recinto a partir del concurso Hackear Tucumán, una convocatoria de la propia Legislatura que reunió a estudiantes de más de 17 colegios con el objetivo de presentar ideas aplicables a problemas sociales, educativos y ambientales. El proyecto del María Auxiliadora fue uno de los ganadores y, a lo largo del año, se trabajó su redacción y ajustes junto a Silvia Elías de Pérez, presidenta de la Comisión de Ciencia y Tecnología, hasta convertirse en un texto legislativo aprobado por el cuerpo.

Qué establece la nueva norma
La ley crea, en el ámbito del Instituto de Desarrollo Productivo de Tucumán (IDEP), el programa “Marca Tucumán Sustentable”. El objetivo es promover, identificar y certificar productos, servicios y procesos productivos que incorporen prácticas ambientalmente responsables, y articularlo con el sistema de Marca Tucumán ya vigente, establecido por la Ley N° 8.979.
Según el alcance planteado, el programa apunta a:
- fomentar prácticas productivas sostenibles,
- reconocer el compromiso ambiental de empresas y emprendimientos,
- fortalecer la competitividad provincial,
- y promover el consumo responsable.
Del concurso al tratamiento legislativo
Durante la sesión, se dispuso un cuarto intermedio para invitar al recinto al vicegobernador y presidente de la Legislatura, Miguel Acevedo, quien se encuentra a cargo del Poder Ejecutivo.
Allí, Acevedo definió el recorrido del proyecto como parte de una política institucional más amplia: “Este concurso que llegó al recinto es parte de un proyecto integral y más participativo que tiene la Legislatura”.
En la misma línea, remarcó el valor pedagógico de la experiencia al señalar que la iniciativa permitió que estudiantes secundarios no solo presentaran ideas, sino que también “participaran de todo el proceso que implica concebir y sancionar una ley”.
Y planteó un mensaje más general sobre el rol de las nuevas generaciones: “La participación de los jóvenes es vital, no solo en la Legislatura, sino en todos los ámbitos de la vida”.
Acevedo también vinculó la sanción con otras herramientas de participación, como el Foro de Ideas, un espacio digital previsto en la web institucional para recibir propuestas ciudadanas y acercar el proceso legislativo a la comunidad.
La mirada de las autoras y el criterio de “incentivos”
Durante el debate, una de las autoras resumió el sentido del proceso: “Este es el ejemplo de una Legislatura abierta, una Legislatura que escucha y que da participación a sus jóvenes”, y recordó que Hackear Tucumán convocó a más de 200 jóvenes para trabajar en equipos y desarrollar propuestas durante el año.
Por su parte, Elías de Pérez explicó que el planteo original no buscó un enfoque exclusivamente sancionatorio.
“Las chicas estaban convencidas de que al medio ambiente no solamente se lo cuida de manera punitiva, sino también premiando a las empresas que lo cuidan y permitiendo que los consumidores elijan bien”, señaló. Y añadió: “Hoy el proyecto es ley. Es la primera vez que ocurre una cosa como esta en la Legislatura”.
























