Un gran halo de misterio rodea el caso que conmociona a toda la localidad de Simoca, en la que un bebé de 11 meses apareció sin vida. La versión de los padres no coincide con lo que reflejó el informe médico, por eso la Justicia se encuentra abocada en el esclarecimiento de las causas por las que el menor falleció.
Todo empezó cuando Romina Gutiérrez y Jorge Luis Lucero, los padres de la víctima, se dirigieron a la guardia del hospital Gómez Llueca, con el cuerpo del niño entre sus brazos. Al ser indagado por el personal médico, afirmaron que lo habían encontrado sin vida, en su cama. La contradicción surge porque tras revisar al menor, la médica Edhy Ayala aseguró que en distintas partes del cuerpo, tenía hematomas.
"Lo primero que hice fue verificar si respiraba. Y advertí que no lo hacía. Entonces intenté reanimarlo sin éxito. Enseguida lo llevamos al hospital. Puede que lo ocurrido se relacione con esa enfermedad, pero no lo puedo asegurar", explicó Lucero, que manifestó que su mujer fue quien le avisó de lo sucedido, ya que él estaba durmiendo, y que en los últimos días el niño tuvo problemas bronquiales.
Lejos de alarmarse por el informe médico, el padre explicó que lo que vio se debía a golpes que le propició un hijo de él, de 11 años, que tiene problemas neurológicos. "Es inquieto, nervioso, y siempre anda con algo en las manos. Y un par de veces uno se descuidó y al parecer por celos le pegó al bebé con un palo. Esas son las marcas que vio la médica", afirmó.
El fiscal Jorge Carrasco, del Centro Judicial Monteros, espera el informe de la autopsia para ver como proceder y ver si priva de la libertad a los padres de la víctima, informó La Gaceta.