"No va a haber devolución de entradas", dijo el productor del show de Viejas Locas

Lucas Salinas, quien contrató a Pity Álvarez y su banda, contó su versión de los hechos y admitió que no va a ser posible el reintegro de dinero.

Pity Álvarez llegó tarde 7 horas al show en Tucumán y se armó un escándalo.
Pity Álvarez llegó tarde 7 horas al show en Tucumán y se armó un escándalo.

El frustrado regreso de Pity Álvarez y Viejas Locas a la provincia sigue dejando tela para cortar, y en esta oportunidad quien contó su parte fue el productor del recital que nunca llegó a realizarse en Argentinos del Norte.

El empresario Lucas Salinas fue tajante respecto a la devolución del dinero por el frustrado show. "No me estoy burlando de ellos, pero es imposible devolverles las entradas porque el dinero se gastó, no puedo afrontar esa cifra. Lo que la gente pide y le corresponde es imposible hacer. Es algo matemático porque estoy pagando las cosas que le correspondían pagar a Pity Álvarez", manifestó.

El productor también reveló que ya había trabajado antes con el cantante y que no firmaron ningún papel porque ya se conocían. "Nunca firmamos un contrato, ni antes ni ahora. Todo fue de palabra y siempre hubo confianza en cumplir los acuerdos. Nunca pensé en cómo serían las cosas, hasta el día del show. Hay un vacío legal muy grande", expresó

Salinas se se despegó de tener algún tipo de responsabilidad por lo ocurrido y mostró su enojo con Álvarez, al que culpó por todos los incidentes que sucedieron esa noche. "Me siento en paz. Para mí, este show fue un éxito en cuanto a mi organización, llevé a cabo lo que dije que iba a hacer, era imponente y hermoso verlo, pero no se lo pudo disfrutar porque el artista decidió que la gente no lo disfrute. La gente vio que Pity estaba ahí y sabe quién se burló. Puede ser digno todavía, y devolver la plata de las entradas", le comentó a La Gaceta

Las estelas de destrucción que dejó el fallido espectáculo de Viejas Locas no se detienen. Las instalaciones de Argentinos del Norte, los equipos de sonido quemados por los espectadores y el golpe al bolsillo de unos fanáticos que fueron a ver a su banda preferida y terminaron envueltos en un escándalo.