En el último fin de semana del mes de marzo, cuando gran parte del mundo ya estaba en cuarentena por la pandemia del coronavirus, Alejandro Fernández, un radioaficionado de Santa Rosa, participó en el concurso internacional CQ WPX que nuclea la actividad, y hace pocos días recibió los resultados finales que lo ubicaron como el mejor de Argentina, de sudamérica y del mundo.
Entrevistado por Vía Santa Rosa, Fernández, que participó con la licencia LU2UF, sigla distintiva utilizada para identificarse en el éter, explicó que la consigna de estos eventos es "trabajar", es decir, hacer contacto, con la mayor cantidad de prefijos de estaciones de los países, por ejemplo, LU para Argentina, PY para Brasil o VK para Australia.
"El objetivo de los concursos es hacer el envío de la información concisa y directa" de lo que en la jerga de la actividad se denomina "reporte de serie", detalló Fernández, "sobre todo como en los casos de emergencias, y no pasar información de gusto. En el concurso, para ganar, se pasa la información exacta de la serie, un buen concursero es un buen pasador de tráfico de emergencia", dijo.
El concurso siempre está programado para el último fin de semana de marzo. "Justo tocó esta pandemia de Covid-19 y me encontró en casa", recordó, lo que le posibilitó ajustar los detalles de la estación para competir. "Haciendo orden pude armar la estación y luego operar el concurso completo sin molestia alguna de tener que pensar que tenía que trabajar, entonces lo hice muy relajado", detalló.
"Quizás por casualidad y por los momentos en los que estamos en cuanto a la actividad solar, decidí en qué banda operar para tener un mejor desempeño, y bueno, sin querer se pudo lograr el primer puesto mundial, algo que quise hacerlo desde chico y siempre se me venía negando, pero bueno, se dio ahora y estoy muy contento. Quizás con los ánimos más aplacados porque ya estoy más grande pero no dejo de estar alegre, la radio me ha dado una alegría que ansiaba desde hace muchos años", contó Fernández, emocionado.
El concurso duró 48 horas, desde el viernes a las 21 hasta el domingo a las 21 horas, rango pautado por la hora UTC, sigla en inglés de "Universal Time Coordinated", que antiguamente fue llamada "la hora en el meridiano de Greenwich" ("GMT") o el "tiempo Zulu" ("Z"). En ese rango, Fernández registró unas 16 horas y media de operación.
"Yo no participaba desde el año 2012 o 2013, he salido esporádicamente a hacer algunos contactos, que es algo válido porque ayudás a la masa concursera y a las estaciones que operan, y también a las competencias por grupos", dijo. En esa última oportunidad, hace 7 años, participó desde la estación del Radio Club Santa Rosa LU1UM, ubicado en la calle González N° 52, junto al equipo de jóvenes radioaficionados que él mismo entrena.
"La primera vez que me acerqué a la radioafición fue allá por el año 1992, fue gracias a un amigo. Lo acompañé una noche al Radio Club Santa Rosa y justo estaban en concurso, un CQ WW DX que se hacía en octubre", recordó.
En ese tiempo, sus padres lo enviaban a un instituto para aprender inglés pero dijo que no le encontraba sentido. "cuando ví el concurso y ví que hablaban con estaciones de todo el mundo, que se hablaba vía aire, en aquel momento no existía internet ni nada por el estilo, yo sólo había escuchado radios de onda corta, pero haber escuchado eso fue increíble, escuchar una voz que venía de Nueva Zelanda, esa fue la primera estación que escuché", rememoró el radioaficionado.
Contó que luego "pude probar comunicar un contacto y aluciné, esa fue mi primera llegada a la radioafición. Un año después hice el curso y luego de haber esperado mucho tiempo la licencia, empecé a hacer lo que me gustó desde un principio, hacer concursos, la parte deportiva de la radio, y también Dexismo, que viene de las siglas DX, o Distance X, trabajar (hacer contacto con) países de lugares recónditos del mundo y obtener la mejor puntuación en los concursos".
"Por el año 94, en un CQ WW DX (concurso) pude participar de una operación que salió cuarto puesto mundial, imaginate, en ese momento, con 19 años, era como tocar el cielo con las manos porque era mi pasión, y llegar tan cerca era como una cosa excitante, increíble", relató entusiasmado Fernández.
Además, contó que luego se fueron dando otro tipo de progresos en la radio, como ayudar a la institución del Radio Club, con un vínculo intermitente, y mas tarde a enseñar: "en la segunda parte de mi actividad radial me dediqué más a disfrutar y a dejar un legado para los que venían a competir, a entrenar a chicos como a mi hija, o hijos de tantos amigos y conocidos. Tuve un par de camadas donde hubo chicos muy jóvenes", puntualizó.
Por último, Fernández rescató la igualdad que se manifiesta entre todos los que participan de la actividad, ya que una regla mundial indica que durante los "QSO" o comunicados que realizan los radioaficionados, no se habla de religión ni de política, "cuando hablás por radio somos todos iguales, no hay grieta", destacó.
Y no solamente lo une a este hobby la pasión por la competencia, "sino también experimentar con antenas, la electrónica, hablar por el solo hecho de hablar y conocer mucha gente, gracias a la radio tengo conocidos en muchos lugares y cuando podés viajar te encontrás con una puerta abierta, un lugar con un hermano que no le importa como pensás", recalcó.