Hasta ahora Gael Tobio lo único que conocía era la habitación y los pasillos del hospital Notti. Desde que nació vivió internado a causa de una malformación intestinal que lo mantiene conectado a dos vías para alimentarse e hidratarse.
Por primera vez, el pequeño oriundo de General Alvear, dejará de ver el mundo desde una ventana. La ayuda de la gente hizo posible que la familia de Gael pueda alquilar un departamento en Mendoza y mudarse, aunque deberá estar constantemente regresando al hospital para continuar con el tratamiento.
Gael tiene dos años y dos meses. Aquella habitación fue su mundo, entre jeringas, sueros, juguetes y lápices de colores. Hasta los enfermeros más cercanos se convirtieron en sus padrinos. Fue el mimado del sanatorio por años, meses, días y horas eternas que, con la cuarentena y las visitas restringidas, se hicieron más interminables.
Cuando se dio a conocer su historia y la de sus papás, que tienen otros hijos y que llevan una vida atípica, se activó una cadena de solidaridad. Porque la dificultad económica para alquilar un departamento en cercanías del hospital, ya que Gael debe ser alimentado por profesionales dos veces día, impedía a la familia poder "mudarse".
"Después de aquella nota, los llamados fueron incesantes. Le ofrecieron a mi esposo un trabajo en blanco y más cerca de acá. Y nos ayudaron a tener nuestro propio hogar, fuera del ámbito hospitalario", cuenta Romina Véliz, feliz y abrumada.
No fue fácil esta nueva vida que ahora transita Gael. "Tanto tiempo en su habitación llevó a un proceso difícil de adaptación", se sincera la mamá, que espera, a partir de ahora, un poco más de vida social para el niño. La visita de sus hermanas, por ejemplo, a quienes Gael casi no ha visto desde que nació.
Los vecinos mendocinos que han participado de esta cruzada prefieren mantener el anonimato. Simplemente se han visto conmovidos por la particular historia de un pequeño que pasó toda su vida en el Notti: allí, por ejemplo, festejó el 27 de julio su segundo cumpleaños.
La mamá de Gael agradece a cada instante la labor y el acompañamiento de todos los sectores del Hospital Notti y en especial a Casa Ronald Mc Donald, a metros de donde su hijo permanecía y donde ella descansa a la noche mientras su marido cuida a Gael.
"Todo el amor y la ayuda que hemos recibido tienen un valor incalculable para nosotros", reflexiona, para agregar que este paso que ha dado la familia, no significa que el bebé esté curado, ya que aún debe estar conectado y cerca de los profesionales. Por ahora, dijo, es imposible regresar a General Alvear.
Una vida diferente
Gael nació con gastroquisis, un defecto en la pared abdominal, en el cual los intestinos salen de una pequeña apertura por los lados del ombligo.
Si bien fue intervenido de inmediato, su intestino resulta tan corto que no puede absorber nutrientes y está obligado a recibir alimentación parenteral a través de una vía central, y leche por una sonda nasogástrica.
Se trata de una patología denominada, precisamente, síndrome del intestino ultra-corto y el pronóstico depende de cada paciente. Por ahora, advierte su mamá, no existe otra manera de alimentarlo y la evolución la determinará el tiempo. Gael ha dado un gran paso y, por ahora, eso es lo único que importa.
*Este texto fue publicado originalmente por Los Andes. Se reproduce aquí con la autorización correspondiente.