El caso de Amanda González, la docente y dirigente de Suteba que fue amenazada en Ramallo, marcó un nuevo punto de crisis en la relación del gremio con los gobiernos nacional y provincial y puso a la educación pública otra vez en el centro de la escena.
Casi un centenar de personas participaron este lunes del abrazo simbólico a la seccional, incluido Roberto Baradel. A él también se sumó Magdalena Vespertini, secretaria gremial y compañera en la lucha de González, y su discurso fue uno de los más punzantes. Llamó a "involucrarse en política" y lamentó que "haya gente que piense que merecemos esto por defender a la escuela pública".
Al otro día se volcó a las redes con un breve pero contundente descargo. "Qué pena que vayan a la escuela, den clases y terminada la jornada vuelvan a casa sin debatir nada con los compañeros sobre nuestras condiciones de trabajo, de salud, salariales. Qué pena que piensen que los docentes no tenemos que hacer política educativa", escribió.
Del otro lado, la legisladora nicoleña Cecilia Comerio, de Unidad Ciudadana, se comprometió a llevar el debate al Senado y repudió cualquier tipo de acción violeta en democracia.