Esta semana que termina habló el presidente del club Sociedad Italiana, Dario Zeballos Regis, de Villa Mercedes. Él mismo dijo que la institución está “condenada socialmente” debido a la repercusión que tuvo en medios de comunicación y redes sociales este caso de abuso.
El presidente del Club afirmó que no es él a quien corresponde contactar al profesor si no que la justicia es quien tendrá que notificarle y oficializarle la veracidad del hecho, ya que él no desconfía en la palabra de la niña ni de su familia.
Seguidamente, aseguró que no apaña al profesor acusado y que la institución no tiene nada que ver con sus hechos privados. “Nos han acusado de que estamos escondiendo al supuesto abusador. El club no haría semejante acto bajo ninguna circunstancia, la institución está a disposición de cualquier requerimiento judicial”, añadió en la entrevista con “El Diario la República”.
Indicó que cuando se enteró de la situación, fue hasta el establecimiento y junto con la secretaria del club pusieron un cartel para suspender todas las actividades. “Cuando llegué se habían ido todos y el profesor se retiró”, aclaró.
Por último, empatizó con la familia de la víctima, diciendo “yo también tengo una hija”. Pero su mayor preocupación es que se solucione todo lo antes posible para que la institución retome sus actividades con normalidad.
El acusado habría besado a la niña y tocado sus partes íntimas durante el tiempo que se encontraba en el club. Ella se lo comentó a su madre un día que estaban por salir al establecimiento y la pequeña se negó a ir. “Yo estaba con mi hija en el auto y cuando le dije de ir al club, me dijo que no quería volver más. En base a esto es que empecé a charlar en el auto con ella y me le pregunté y pregunté hasta que me contó”, relató Cecilia, mamá de la víctima.
Frente a la situación los padres de la niña realizaron la denuncia correspondiente y posteriormente cientos de personas se unieron en una marcha para exigir justicia por la niña, específicamente la detención del acusado. En ella participaron amigos, familiares, agrupaciones feministas y vecinos de la ciudad que se concentraron en la puerta del club y marcharon hasta la casa de la puerta del acusado.