En apenas sesenta días el Ejecutivo culminó una obra para adaptar una parte del servicio de la Clínica Médica del Policlínico Regional "Juan Domingo Perón" y convertirlo en un moderno sector para atender a pacientes con COVID-19.
El espacio está en el primer piso del nosocomio y tiene una extensión de 429 metros cuadrados. Allí, algunas de las salas de internación se transformaron en ocho habitaciones que contienen trece camas (cinco son dobles y tres son simples) que permitirían aislar a las personas con cuadros moderados, pero que también cuentan con el equipamiento necesario para instalar monitores y respiradores si la patología se tornara crítica.
"La estructura está preparada con los paneles de gases medicinales como para transformarla en Terapia Intensiva. Está pensada para atender a los pacientes de COVID-19, pero después podrá utilizarse para tratar otras enfermedades infecciosas", explicó Rosa Dávila, coordinadora del Ministerio de Salud.
Cada cuarto está antecedido por un fuelle, es decir, una pequeña área de higienización. Allí hay un lavamanos para que los médicos y enfermeros se desinfecten al entrar y salir de tratar a un internado. Esa antesala es clave porque es la que ejerce el cambio de aire y "empuja" los virus hacia adentro para que finalmente sean eliminados.