El jueves cerca de las 6:40 dos hombres circulaban en una camioneta Ford F 100 por la ruta 2 B, en sentido desde la fábrica Niza hacia Villa Mercedes, San Luis. Hasta que el conductor perdió el control del rodado y dieron dos tumbos.
La camioneta quedó ruedas arriba y cuando le realizaron la prueba de alcoholemia al chofer, ésta arrojó un resultado positivo de 2,84 gramos de alcohol por litro de sangre, cuando el permitido es 0,50.
Personal policial aseguró a El Diario de la República que el conductor y su primo emanaban olor etílico y que había algunas botellas de Fernet junto al vehículo.
Sin embargo Gustavo Cabello, el conductor del rodado, aseguró que el accidente se debió a una dificultad en los neumáticos. Aunque el primer informe indicó que se quedó dormido y mordió la banquina.
El tránsito en el sector se vio interrumpido por algunos minutos ya que el personal no podía quitar el vehículo del camino. No contaban con ninguna grúa, informó El Chorrillero.
Afortunadamente un camionero que transitaba por la 2B le ofreció a la Policía usar una linga para jalar la F100 hacia la banquina y normalizar el tránsito en la ruta.
Cabello, de 38 años, viajaba acompañado de Roberto Darío Fredes, de 36, vecino del barrio Juan Gilberto Funes de la capital. Aunque no se dejaron revisar, a simple vista los médicos notaron que sólo habían sufrido algunos raspones.
El damnificado habló con Viva la Mañana por radio FM La Bomba y dijo que había estado en un asado y consumiendo bebidas alcohólicas.
"Pido disculpas por haber ocasionado un accidente y un malestar a los transeúntes, estoy totalmente de acuerdo en recibir la infracción que me corresponde (…) desgraciadamente han sido daños materiales, y tenemos la gracia de Dios de encontrarnos de una buena manera", confesó.
"La verdad tuvimos el percance de un vuelco, con la suerte de que no tocamos a nadie de frente, ese es el agradecimiento más grande que Dios nos pudo dar, con suerte salimos ilesos. El más golpeado soy yo; pedimos perdón a todos los ciudadanos", concluyó.