El voleibolista sanjuanino Ramiro Nielson fue noticia este último fin de semana luego de recibirse de ingeniero en medio de una burbuja y de partidos decisivos. Su equipo, Obras, es semifinalista de la Liga Argentina y entre medio de los partidos, el jugador rindió su tesis, se sacó 8 y lo festejó junto a sus compañeros y cuerpo técnico en el patio del hotel.
Un grupo de compañeros suyos le “hacía el aguante” detrás de la puerta de una habitación en el hotel Villa Don Tomás, en San Juan. Vistiendo camisa y corbata, aunque también de short y ojotas, Ramiro Nielson rindió de manera online su tesis y se recibió de ingeniero industrial.
Es poco frecuente que un deportista profesional, además de ejercer dentro de la disciplina deportiva, estudie y se reciba en alguna carrera de grado. Si bien a él le habían avisado que en marzo iba a tener que exponer su tesis, nunca se imaginó que lo iba a hacer estando aislado en medio de una fase decisiva de la Liga Argentina de Voleibol. Por suerte, le tocó rendir estando en San Juan y un día después del primer partido y un día antes del segundo contra Once Unidos.
“Tenía fecha para el jueves, a las 18hs. Y nosotros teníamos que jugar ese día a las 21hs. Lo que pasó es que por la televisación el partido se adelantó. Yo estaba concentrado en los Play Off. Tuve que explicarle al profesor que no podía, que necesitaba que me pasara la fecha para el viernes. Él no sabía que estaba disputando un torneo y que soy jugador profesional. Se lo tuve que decir y pedirle por favor que moviera la fecha. Al otro día, en la mañana, recién me contestó que sí y pude zafar”, contó a Tiempo de San Juan.
“Armé en la pieza todo un escritorio y rendí. Los chicos chusmearon, así que cuando me recibí les avisaron a todos. Después me esperaron en el patio y me tiraron de todo. Como mi familia y amigos no podían estar, le pedí a uno de mis compañeros que filmara el momento a través de Instagram. Mi viejo me trajo sándwich y me felicitó a la distancia. Sí, fue tranqui. Mucho no se podía hacer”, agregó.
El festejo fue atípico, ya que fue en el patio del hotel, junto a sus compañeros de equipo, cuerpo técnico y auxiliares, muy similar a los que se ven a diario en las puertas de las facultades: con huevo, harina y agua. Al día siguiente, vino la victoria de su equipo y el pase a las semifinales. “En estos días me dolía la cabeza, la panza, todo. Fue muy intenso. Pero ya no me duele nada –se ríe-. Ahora se viene la semi y hay que triplicar los esfuerzos. Vamos a darlo todo”, cerró.