Historia: armó una peluquería ambulante para afrontar la crisis

Con una moto, un mueble con espejo y un banco, un joven peluquero se instaló en una famosa plaza de San Juan.

Historia: armó una peluquería ambulante para afrontar la crisis
Fernando, en plena labor\u002E

El protagonista de una historia de superación que conmueve en la provincia de San Juan se llama Fernando Cangiolosi. Hace unos meses se quedó sin trabajo y, aprovechando los conocimientos que tenía sobre cortes de pelo y barba, decidió armar una peluquería ambulante para afrontar la crisis. La misma está ubicada en Plaza España y diariamente recibe a decenas de clientes que, por solo $100, cambian su look y ayudan a la economía del joven.

Fernando tiene 30 años y es padre de tres chicos. Contó que desde que le realizaron un implante coronario, no pudo realizar labores de mucha exigencia física. No consigue trabajo estable, pese a repartir curriculum, y cuando lo llamaron de alguna empresa, no pudo superar los estudios preocupacionales por su problema de corazón.

"Mi esposa es peluquera y empecé a ayudarla en el local que tiene en casa. Pero como cuando hay crisis la gente deja darse ciertos lujos, bajó la clientela. Por eso hice un curso de peluquería y barbería para salir a buscar clientes. Mi esposa sigue trabajando en la casa y yo de manera ambulante", apuntó.

Fernando, en plena labor.
Fernando, en plena labor.

El joven no sólo trabaja en la famosa plaza sanjuanina, sino que además corta el pelo y la barba a domicilio en horas de la noche. Sin embargo su mayor ingreso proviene de su peluquería ambulante, la que instaló al aire libre y está abierta al público desde que amanece hasta que se esconde el sol.

"Elegí este lugar porque está en una zona clave. Mucha gente viene a realizar trámites al Centro Cívico y de paso se corta el pelo. Al principio la gente no se animaba porque le daba un poco de vergüenza estar a la vista de todos. Pero eso está cambiando. Todos los días tengo clientes", contó Fernando a Diario de Cuyo.

En su peluquería ambulante no falta nada. Hay un mueble desmontable, con espejo y banco, que él mismo diseñó y fabricó para atender a la clientela. También hay tijeras, navajas, spray y un juego de peines.