En el departamento salteño de Los Andes, existe una cooperativa de productores locales llamada Quewar, la cual se dedica a la producción de quinoa orgánica. Este cereal andino es tendencia mundial y tiene una gran demanda en el mercado por ser considerado un “superalimento” con nutriente beneficiosos y grandes cualidades naturales.
Todos los integrantes de esta cooperativa proceden de distintos puntos del departamento, como el Salar de Pocitos, Santa Rosa de Los Pastos Grandes, Matancillas, San Antonio de los Cobres y Tarón. Entre ellos, se encuentra Avelino Arjona, quien en diálogo con El Tribuno expresó la importancia de la cooperativa como herramienta de integración, que les permite a todos ser partícipes, trabajando de forma responsable y dedicada. Resaltó la importancia de la confianza y humildad de cada productor para realizar una transformación con visión de futuro.
En el 2016 se fundó esta cooperativa gracias al impulso de la empresa Eramine Sudamérica, una mina del departamento de Los Andes que inició capacitando a los productores para poder organizar el trabajo. Según Arjona, la quinoa que se produce es orgánica certificada, con aprobación de Nación, lo que le permite un mejor estatus dentro de la competencia del mercado cada vez más creciente.
Además, ahora están realizando más acciones para mejorar su producción. Para empezar, construyeron un edificio en el centro de acopio para 5.000 kilos, donde funcionará la planta de procesamiento construida por Eramine. Según Arjona, el año pasado las cabras se comieron su producción, aunque también corren el riesgo de que se la coman conejos, pájaros o ratones; por esto necesitan resguardar la quinoa en un espacio cerrado.
Por otra parte, esperan también la llegada de una máquina escarificadora de quinoa conocida como desaponificadora, la cual permite remover la saponina a través de la fricción, obteniendo la quinoa perlada. Esta maquinaria permitiría también aumentar el ritmo de producción, pues en este momento este proceso se realiza de forma manual.
El cultivo de quinoa es de un legado ancestral, la recuperación de valores de los antepasados de la zona, como expresó Arjona. Los productores de la Puna están encuadrados en una figura legal que les permite demanda de mano de obra genuina, promover la economía regional, fomentar el consumo de este producto ancestral y, especialmente, exportar en un futuro un producto completamente salteño.
Por el momento, la venta se realiza en distintos lugares y ferias del interior del país. Lamentablemente no pueden satisfacer la demanda actual, puesto que el producto es muy requerido, y excede la oferta actual. A causa de la pandemia no pudieron vender el año pasado, y cada productor trabajó dentro de sus predios y resguardando su salud.
La quinoa orgánica de esta zona es completamente orgánica y pura, puesto que no utilizan ningún agroquímico ni fertilizante. Además, se le suman las especiales características del riego, siendo principalmente de los deshielos de las altas cumbres.