En el inicio del juicio contra Santiago Zambrani y sus padres por el femicidio de Paola Álvarez, la primera en dar su versión de los hechos fue Mónica Morales, mamá de la joven asesinada en 2017 mientras que el acusado se negó a declarar. Familiares y amigos de la joven se juntaron en la puerta de Ciudad Judicial para pedir Justicia.
La mujer dio detalles del calvario que vive desde que el día (5 de mayo) que su hija no regresó a su casa a dormir. "Ese viernes Paola me avisó que llegaría más tarde y me dormí. Al día siguiente vino el padre de mi nieta (hija de Paola) para dejarmela y me pareció raro. Paola no había llegado y no respondía llamadas ni mensajes. Lo llamé a Santiago y me dijo que estuvo con ella hasta las 4.30 y que se fue enojada", relató.
Mónica intentó seguir con su rutina con un nudo en la garganta. Sin contarle nada a sus otros hijos para no preocuparlos se fue a trabajar pero no pudo con la angustia e hizo la denuncia. Zambrani comenzó a llamarla con más insistencia."En la comisaría si el nombre de Santiago y lo llamaron. Denuncié y salí a buscar a Pao. Nadie sabía nada de ella", insistió.
La búsqueda de Mónica fue incansable. "Ella no era una chica que salía y no avisaba donde estaba. Se preocupaba mucho por su hija y por mi", remarcó.
La mujer contó también que decidió denunciar a Santiago porque su actitud le parecía sospechosa. "Yo sabía que Paola había estado peleada con Santiago y no se hablaban pero no recuerdo el motivo. Antes de su desaparición recibió amenazas anónimas y ella me dijo que creía que era él. También me contó que Santiago estaba enamorado de ella y como ella no quería intimar, temía que le hiciera algo", declaró.
Mónica también recalcó que ella misma vio las amenazas que su hija recibía de parte de Santiago. "Mi hija le tenía miedo", sentenció.
