Saeta intensificó los controles en el transporte público. Unos 40 inspectores cubren el turno de la mañana y otros 40 la tarde, es de decir que en promedio revisan 600 colectivos por día. De esos controles surgen que cada dos colectivos bajan a una persona que subió sin pagar su boleto.
Era común que un usuario que no tenía tarjeta o había quedado sin carga, suba al colectivo y pida que alguien le preste el plástico para poder abonar. El problema, según expuso Saeta, se presentaba cuando se baja la persona que pasó la tarjeta y el otro pasajero seguía en el viaje.
Antes de empezar a hacer efectiva la medida Saeta repartió tarjetas azules a los usuarios. Claudio Juri, gerente de Saeta, dijo que las personas que la recibieron tenían que hacer una carga de cien pesos y presentar su documento nacional de identidad. Solo 237 personas retiraron los plásticos gratis.