Miguel Ángel Russo falleció este miércoles a los 69 años, dejando un profundo vacío en el fútbol argentino. El entrenador de Boca Juniors y figura de Rosario Central enfrentaba desde 2017 un cáncer de vejiga y próstata, enfermedad que finalmente terminó con su vida.
Gonzalo Belloso, presidente de Rosario Central y amigo personal de Russo, compartió detalles de esos últimos momentos en diálogo con los medios. “Fue mágico, como si lo hubiera planeado todo. De alguna manera encontró paz en ese final”, aseguró, destacando la serenidad del entrenador en sus últimas horas.

Según el presidente canalla, Russo pasó sus últimos días rodeado de su familia y amigos, quienes lo acompañaron y le brindaron contención. “El cura dijo unas palabras muy lindas de cómo es el paso al cielo. Y de la mano de su familia se fue en paz”.
El presidente de Rosario Central recordó también cómo Russo mantuvo su espíritu positivo a pesar de su enfermedad. “A pesar de todo, Miguel nunca perdió la sonrisa ni la claridad de su pensamiento. Siempre cuidó a quienes tenía alrededor”, afirmó, subrayando el carácter humano del entrenador.
El fallecimiento de Russo generó un impacto inmediato en la comunidad futbolística. Desde clubes, jugadores y dirigentes hasta aficionados, todos expresaron su dolor y admiración, destacando tanto su legado deportivo como su calidad humana.

En Boca Juniors, donde Russo dejó una huella imborrable, se organizaron homenajes para despedir al técnico. Sus exjugadores y colegas recordaron su profesionalismo, su liderazgo y la dedicación que mostró a lo largo de toda su carrera.
En definitiva, los últimos minutos de Miguel Ángel Russo fueron un reflejo de su vida: rodeado de afecto, serenidad y respeto. Su legado, tanto en Rosario Central como en Boca Juniors y en el fútbol argentino en general, perdurará en la memoria de todos los que lo conocieron y admiraron.