En un contexto macroeconómico sumamente complejo, en el que abundan las noticias de cierre de empresas y despidos, hay un sector que tiene al menos 400 puestos laborales sin cubrir sólo en Rosario. Se trata del tecnológico, que pudo sobrellevar algo mejor la crisis que el resto, pero que a la fuerte caída en su rentabilidad y a la escasez de personal calificado, debió sumarle otro obstáculo: la fuga de talentos que, atraídos por salarios en dólares, abandonan las compañías locales para trabajar a distancia para competidoras internacionales.
"La falta de mano de obra informática es una constante en el sector, que además tiene una alta tasa de rotación de entre un 25% y 30% anual", planteó Juan Pablo Manson, presidente del Polo Tecnológico de Rosario (PTR). "A esto se suma que cada vez más jóvenes eligen trabajar freelance (ya no en relación de dependencia) con empresas de afuera, dejando las locales", agregó en diálogo con Vía Rosario.
Internet, la nube, Skype y plataformas de trabajo accesibles en todo el mundo permiten que un joven trabaje desde Rosario para algún proyecto de una empresa en Estados Unidos o Europa, por ejemplo. A cambio recibe un salario en dólares imposible de igualar para las firmas domésticas, sobre todo después de la devaluación del 100%.
"A una empresa le lleva varios meses capacitar al personal para que este entienda la dinámica de trabajo, y al irse tan rápido pierde un recurso muy valioso", señaló Manson y aclaró que este fenómeno cada vez se acentúa más, en función de que los informáticos locales se van enterando de casos exitosos de compañeros o allegados y desean probar suerte.
"Se trata de una especie de uberización del sector, que cada vez tiene menos intermediarios y más facilidad para conectar directamente con clientes de todo el mundo, y trabajar en cualquier momento o lugar", analizó el también titular de la empresa Interactive Dynamics.
Por otro lado, aclaró que también se dan algunos casos a la inversa: gente que probó esta experiencia, no se adaptó o no le gustaron las altas exigencias de compañías globales y decidieron volver a la pyme local. Pero son los menos.
En cuanto a la actualidad del sector, destacó que las compañías ligadas al sector energético y bancario han crecido, mientras que el resto tuvo una caída, aunque no se registraron despidos. "Algunas empresas aprovecharon la devaluación para exportar más, pero no fue algo generalizado", señaló.