Con impotencia e indignación, Camila no dudó en emplear Facebook para exponer a su agresor. La joven tiene 23 años y una hija de 3. Después de 9 meses de relación, decidió cortar con Juan Pablo, un joven que este fin de semana le hizo vivir un verdadero calvario.
"Hace dos meses me separé y nunca se había registrado violencia física", mencionó la muchacha en contacto con Vía Rosario. "Pero el sábado Juan Pablo me pidió hablar y todo terminó en agresión. Me pegó y me tiró al piso para sacarme el celular y cuando atiné a llamar al 911 desde el suelo me golpeó fuertemente para evitar hacer la comunicación", relató.
No contento con eso, la conducta violenta de Juan Pablo, que es fotógrafo y tiene 30 años, continuó. "En el palier y con su propia sangre escribió las paredes insultos hacia mi y hasta habló de mi hija en el mensaje. Además, arrojó la batería de mi teléfono por el hueco del ascensor", manifestó, angustiada.
"Vino la policía y se lo llevaron detenido. Al día siguiente fui a buscar a la Comisaría 2° el documento que indicaba que regía una restricción perimetral y en la seccional lo terminaron liberando delante mío", continuó en el relato. Cuando Camila retornó a su casa, en la vereda la esperaba Juan Pablo.
"Volvió a pegarme y me arrastró ante la vista de una mujer que afortunadamente salió como testigo. Además una pareja fue la que me llevó en su auto nuevamente a la policía. El domingo terminé denunciando el caso en la Comisaría de la Mujer", contó.
Este miércoles, Camila fue atendida por el Área de Violencia de Género de la Municipalidad de Rosario, luego que su historia se hizo viral. "Decidí escracharlos en las redes por la inacción de la justicia que evidentemente tiene una impronta patriarcal muy fuerte. Fijate que el fiscal que tomó la causa decidió dejar en libertad a mi atacante, teniendo como tienen pruebas contundentes sobre que se trata de una persona peligrosa", puntualizó.