Ya casi no hay carteles en el centro que atraviesen la línea de edificación. La ordenanza vigente que se aprobó en 2009 y que establece la eliminación de las marquesinas sobre calles y veredas se cumplió casi por completo. Aunque todavía resta la cartelería más emblemática.
Estructuras como la del extinto Sorocabana Café o la de Librería Ross, cuyo local dejó de pertenecer a la familia de libreros, van camino a desaparecer de la peatonal Córdoba a partir de un operativo compulsivo encarado por la Secretaría de Control y Conveniencia de la Municipalidad.
"Estamos terminando con el proceso de extracción de cartelería que impone el nuevo código de publicidad. Unas mil marquesinas habían sido retiradas por los propios dueños. Pero quedan las más emblemáticas que están siendo sacados por el Municipio", indicó el secretario del área, Guillermo Turrín, en contacto con Vía Rosario.
Este domingo por caso, aprovechando la merma de tránsito, se removió el cartel del Hotel Marconi sobre calle San Juan. El establcimiento allí ya no funciona y nadie se hacía cargo de la eliminación.
"Solo vamos a respetar aquellos carteles que tengan resguardo patrimonial. Pero el de Ross y el de Sorocabana sabemos que no lo tienen", clarificó Turrin y selló la suerte de las dos tradicionales marquesinas de la peatonal. Otro que también se las verá con la grúa es el de Alcohol Schlieper.
En San Lorenzo y San Martín, una de las dudas es la que rodea al reciclado Hotel Savoy. Bajo el dominio de la cadena Esplendor que lo puso en valor, el cartel sobre la fachada de San Martín, podría salvarse. "Estamos temrinando de certificar si la amrquesina está inluida en el resguardo patrimonial", mencionó el funcionario.
Muy cerca de allí, el Hotel Majestic va camino a perder su estructura vertical sobre San Lorenzo. "Este fin de semana estaremos removiendo toldos sobre bulevar Oroño y el domingo siguiente vamos a sacar el cartel del Hotel Presidente, mucho más nuevo pero que también incumple la ordenanza", sostuvo Turrin.
En los casos de extracción compulsiva, el Municipio se queda con los carteles a menos que los reclame un propietario y se haga cargo de los costos logísticos que implicó al remoción. Para los nostálgicos hay en carpeta un plan para darle un nuevo brillo a las viejas marquesinas.
"Está en estudio, pero no descartamos una intervención artística para darle un nuevo valor a los carteles que vamos acumulando y que marcaron una época de la vida comercial de la ciudad", puntualizó Turrín.