"Una situación inédita en el sector", así se refirió Gerardo Di Cosco, titular de la Asociación de Industriales Panaderos de Rosario respecto del número de despidos que se registraron en las panaderías de la ciudad y el sur santafesino, que casi llegó a 300 en 2017.
La cifra es el elemento que permite graficar la crisis que atraviesa el rubro que ya confirmó un incremento en el precio del pan del orden del 10%. "Venimos soportando como todos el salvaje aumento de tarifas y ahora se nos viene la suba de la luz y el gas, por lo que estamos en un cuello de botella sin poder sostener nuestros negocios si no actualizamos los precios", indicó Di Cosco, en contacto con Vía Rosario.
"El panorama es complejo porque se hace cada vez más difícil pagar los servicios, las cargas patronales y para colmo enfrentarnos a la clandestinidad en la industria, ya que un 40% de las pacificadoras en la ciudad son ilegales", sostuvo el referente gremial.
Sobre el costo del kilo de pan al público que es de entre 35 y 40 pesos, la suba será "de hasta un 10%, en algunos casos puede ser menor, para no perder clientela".
"Ocurre que es una época difícil para las panaderías que suelen trabajar más en el invierno. Es así que algunos comerciantes van a decidir suavizar la suba para no ceder ventas", explicó Di Cosco.
En relación a la cesantías, el titular de la Asociación de Industriales Panaderos fue claro respecto al interés histórico de los actores del sector de retener a los empleados. "Las panaderías suelen ser empresas familiares y los trabajadores terminan siendo parte de las familias, además cuesta mucho capacitarlos. Que hayamos contado casi 330 despidos no hace más que exponer la severa situación que estamos atravesando", añadió.