Un hombre recibió un llamado del sanatorio Rosendo García, donde está internada su esposa, en el que se le comunicó que la mujer había muerto. Tras dar a conocer la triste noticia a sus allegados, volvieron a llamarlo del nosocomio para aclararle que todo era un error y Estela seguía con vida.
El insólito hecho ocurrió este miércoles por la mañana. Hacía días que Ramón no tenía novedades de su esposa, porque del sanatorio nunca atendían sus llamadas ni se comunicaban con él. Ella había llegado allí tiempo atrás por un problema en un riñón. Volvió a entrar un mes atrás y le hicieron una segunda intervención.
Posteriormente se enteró que la pasaron a terapia intensiva, pero nunca más logró tener noticias de su mujer hasta este miércoles, cuando lo llamaron para decirle que había fallecido. Muy compungido, Ramón debió informar a sus hijos, familiares y amigos.
Todavía dolorido por la triste noticia, el teléfono volvió a sonar. Eran otra vez del Rosendo García, desde donde muy sueltos de cuerpo le dijeron que la habían revisado de nuevo y resultó ser que la mujer estaba viva y estable. Insólita historia de improvisación de los médicos y administrativos del sanatorio, y absoluta falta de tacto respecto a una situación tan crítica.