Personal municipal intervino en una fiesta clandestina con 400 estudiantes en la sede social del club Central Córdoba, quienes festejaban la previa al último primer día de clases. Se detectó la venta de alcohol a menores y se labraron actas de infracción.
Los agentes de la Secretaría de Control y Convivencia se dieron cita en San Martín al 3200 pasada la medianoche, luego de recibir una denuncia por ruidos molestos. Al ingresar al salón constataron lo denunciado y detectaron también que había menores consumiendo bebidas alcohólicas. Asimismo, se verificó que la actividad se llevaba adelante sin autorización municipal.
El personal de la Guardia Urbana Municipal (GUM) pidió la baja del volumen para no molestar a los vecinos y procedió al secuestro del alcohol, con la colaboración de los padres de algunos alumnos de quinto año que allí se encontraban. Los mismos pertenecían a distintos colegios, tales como Padre Claret, El Verbo Encarnado, Nuestra Sra. de la Asunción, Santa Fe, Da Vinci, Santísimo Sacramento, La Merced, Inmaculada Concepción y San Antonio.
El festejo de los estudiantes continuó el tiempo que demandó la concreción de las actuaciones, hasta que se decidió preservar a los mismos disponiendo un cierre de la fiesta asistido por los inspectores municipales.
Alrededor de 400 alumnos que se habían convocado en la sede social de Central Córdoba fueron desalojados. Los mayores de edad se retiraron por sus propios medios mientras que los menores fueron contenidos en el lugar hasta que sus padres se acercaron a buscarlos. Personal de la Dirección de Inspección labró las actas correspondientes.
La Secretaria de Control y Convivencia Carolina Labayrú afirmó al respecto: "Actuamos para que los vecinos pudieran descansar pero también por el cuidado de nuestros jóvenes. Tenemos que comprometernos a ser más responsables y brindarles mayor atención. Es importante acompañarlos de cerca y prevenirlos de cualquier situación riesgosa".