Jefes y miembros de la policía rosarina despidieron este miércoles a Marcos Di Fazio, atropellado mientras trabajaba en un operativo de tránsito en La Florida. En simultáneo con la ceremonia, el padre del imputado por el caso le pidió perdón a la familia del oficial y manifestó: "Mi hijo no salió a matar, no es un asesino".
"No sé qué le pasó por la cabeza", expresó angustiado Juan Erbayo sobre la secuencia en la que el uniformado resultó gravemente herido tras ser embestido por su hijo al volante de un Peugeot 307. Luego de revisar las pertenencias del muchacho, detalló que encontró un carné vencido a nombre del joven, aunque no descartaba que tuviera otra licencia en trámite.
En diálogo con Radio 2, el papá del acusado contó que ambos trabajan en Terminal Puerto Rosario (TPR) y que toman cuidados especiales para su nieta de 9 años porque una enfermedad pulmonar que requiere medicación diaria. De hecho, señaló que a bordo del Peugeot 307 estaba la mochila de la nena porque ese viernes Matías la había llevado a la escuela.
Consciente de la pérdida que sufrieron los Di Fazio, tanto la viuda como lo cuatro niños de entre 3 y 16 años, Juan se puso a disposición de la familia de la víctima luego de enviar disculpas públicas. "Todo lo que esté a mi alcance y pueda ofrecer, no tengo ningún problema", aseguró.
Después de asistir a la audiencia imputativa en el Centro de Justicia Penal, Erbayo opinó que el planteo de la Fiscalía fue "muy excesivo" y subrayó que su hijo cumplía con exigencias rigurosas en su ámbito laboral para descartar que hubiera bebido cuando atropelló al policía. Al respecto, explicó: "A nosotros nos hacen controles de alcoholemia en el trabajo y nunca le salió nada".
