El gobernador chaqueño Jorge Capitanich mantuvo una teleconferencia con los mandatarios de Santa Fe, Omar Perotti, y de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, con el objetivo de evaluar una estrategia de financiamiento para la próxima cosecha algodonera. "Debemos salvaguardar a los pequeños y medianos productores para que no malvendan su producción", remarcó Capitanich quien recordó que "el rendimiento en general es muy satisfactorio, pero la cadena de pagos está virtualmente quebrada. Por eso se necesita un dispositivo financiero para recolectar el algodón y almacenar la producción a la espera de mejores condiciones de comercialización".
Paralelamente, los mandatarios avanzaron en una convocatoria por teleconferencia a la mesa algodonera para tratar una serie de puntos: financiamiento de la actividad, regulación de la comercialización de nuevas variedades genéticas de semilla para mejorar la productividad, desarrollo del fondo algodonero, descentralización de labotratorios de HVI e implementación del MERCAL. Como lo anunció días atrás, Capitanich coordina junto al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, la reactivación de la producción de alambre para el enfardado de fibra de algodón y la posibilidad de disponer operaciones de warrants, una herramienta financiera que permita contar con valores negociables en Bolsa.
El gobierno chaqueño lanzó, en febrero de este año, el Plan Algodonero para potenciar la producción y fortalecer la cadena de valor local. En sus encuentros con funcionarios nacionales, Capitanich solicitó al gobierno nacional que se reactive la Mesa Nacional Algodonera, en la que Chaco tendrá un rol de protagonismo para discutir la Ley del Fondo Algodonero. Este Plan, se basa en tres ejes: genética de calidad, laboratorios HVI que permitan la fiscalización y control de calidad descentralizado, y la promoción del Mercado Algodonero (Mercal) para promover una estrategia de regulación económica.
Además, se trabaja en el diseño de una ley que regule la genética de semillas de algodón como parte de una estrategia de desarrollo productivo que permita alcanzar las 300 mil hectáreas de producción sustentable en los próximos años, junto a un modelo de segmentación de retenciones para la mesa algodonera.