Está en casa: volvió a la Argentina un avión histórico de la Guerra de Malvinas

Se cumplió el sueño del Teniente de Navío Owen Guillermo Crippa: que el Aermacchi MC339 (4-A-115) con el que descubrió y atacó en solitario a la flota inglesa, regrese al país, específicamente a Sunchales.

Está en casa: volvió  a la Argentina un avión histórico de la Guerra de Malvinas
Owen Crippa, sosteniendo la bandera argentina, junto con los mecánicos del avión que estuvieron en Malvinas

Este viernes, fue un día sumamente emotivo para todo Sunchales. Es que esta localidad, distante a 40 km. de Rafaela, se convirtió en el destino final del Aermacchi MC339 (4-A-115), con el cual un hijo dilecto de esa ciudad, el Teniente de Navío Owen Guillermo Crippa, descubrió y enfrentó en soledad a la flota inglesa, el 21 de mayo de 1982, en plena guerra de Malvinas.

En plena plaza Libertad (la principal de la localidad), todos los ciudadanos de Sunchales y de la región pudieron vivir con mucha congoja como se concretaba, finalmente, lo que se dio en llamar “Misión Owen”. Todos, en definitiva, querían acercarse, tocar ese pedazo de historia y llevarse una foto o video como recuerdo.

Junto con Crippa estuvieron presentes Juan Montenegro (nacido en Tucumán, pero radicado en San Miguel, Buenos Aires, hoy es auxiliar en una escuela) y Alfredo Paniagua (nacido en Chaco, y también vive en San Miguel), mecánicos de la Armada durante el conflicto, específicamente de este avión.

Hasta el 2005, el avión estuvo en Argentina. Pero después se tomó la decisión de canjearlo por repuestos. Después de mucho insistir para ver adónde estaba, descubrió que se encontraba en EEUU. La decisión fue inmediata: repatriarlo.

Claro que no faltaron trabas: se lo ofrecieron vender a U$S1.000.000. Pero quienes lo hacían, conocían la historia y no eran muy responsables.

Al tiempo, lo contactó un matrimonio de Texas, que le dijo que estaba guardado en un hangar. Y que el precio había bajado a 350.000 dólares.

Más tarde, conocieron que estaba a la venta en internet. Ahí comenzó todo. Hubo trabas burocráticas: había que tener una cuenta, en dólares, en el exterior, a nombre de una institución sin fines de lucro. SanCor Seguros y el Aeródromo de Sunchales colaboraron para que se pudiera concretar. Y desde finales del 2024 comenzó el operativo que terminó este viernes.

El avión está restaurado a original, de modo tal que se encuentra como cuando volvió de la Guerra. En su costado izquierdo tiene el escudo (los colores de Argentina, con un león rampante y una espada) de la escuadrilla (que fue disuelta) y un dibujo de un buque con una línea roja: es la marca de combate que recuerda cómo dejó fuera de servicio a un navío inglés (si lo hubiera hundido, hubiera estado con una cruz).

“Hoy cumplimos una parte, que es que el avión esté en Argentina, específicamente en Sunchales. Ahora, viene otra etapa: la de armar el avión, en donde ellos (por Montenegro y Paniagua) van a tener una tarea muy importante. Tenemos que atender a la logística: lugar para alojarse, comida, etc. Y después, el edificio. En marzo vamos a hacer una conferencia de prensa, para imponerlos sobre el proyecto que comienza a partir de ahora”, dijo Crippa.

¿Por qué es tan importante este avión?

El 21 de mayo de 1982, Crippa estaba realizando una patrulla de reconocimiento sobre la bahía San Carlos, cuando descubrió la flota inglesa, desembarcando en las Malvinas.

A sabiendas de que si se concretaba esto, se ponía en riesgo toda la operación sobre las islas, decidió encarar a los 14 navíos. Atacó al primero, la Fragata HMS Argonaut, lanzando un cohete Zuni de 127 mm. Abrió fuego sobre la infraestructura del buque con cañones de 30 mm y cohetes. Intentó afectar sus radares, lanzando el Zuni y volando rasante sobre sus antenas. La dejó fuera de combate.

Tras eso, tuvo que tomar, quizás, la decisión más difícil de su vida: si escapaba por donde había venido, se exponía al fuego británico. Si pasaba entre los buques, generaba “fuego amigo”. La audacia pudo más: planchó el Aermacchi al mar y pasó entre los buques. En un momento, se creyó a salvo. Pero se encontró con más británicos. Finalmente, logró salvarse, regresar a la base y contar con precisión dónde estaba la flota británica.