La tranquilidad de la noche rafaelina se vio estallada con los disparos que se dieron en el barrio Italia. Allí, a las s, frente a la Plaza Italia, dos hombre murieron tras recibir los impactos de bala. Sus asesinos huyeron en la misma moto con la que se les habían acercado. El misterio sobre lo ocurrido, con este doble crimen con el claro sello del sicariato, se enlaza con otro homicidio, que trascendió las fronteras de Rafaela: el de Silvia Suppo.
Marcelo Sánchez y Miguel Ángel “Mosquito” Mendoza fueron las víctimas. Este último, había sido uno de los investigados por el asesinato ocurrido el 29 de marzo de 2010, en su negocio de calle Sargento Cabral al 258. Suppo era una testigo clave en causas por violaciones de Derechos Humanos en la dictadura.
La familia de Silvia Suppo siempre creyó en el testimonio de un una persona, que mantuvo su identidad de forma reservada. Allí involucró a dos personas: Emiliano (“el Bebo”) Rodríguez y Miguel (“Mosquito”) Mendoza, a quienes el juez federal Reinaldo Rodríguez exculpó con un “sobreseimiento”, aunque después la Cámara Federal de Rosario revocó esa resolución y les dictó “falta de mérito”. La Cámara apartó a Rodríguez del proceso que quedó a cargo de su colega Marcelo Bailaque y ordenó profundizar la pesquisa.
FInalmente, por aquel asesinato, fueron condenados a prisión perpetua Rodrigo Sosa y Rodolfo Cóceres. El fiscal Martín Suárez Faisal los acusó por “homicidio en ocasión de robo” y los querellantes, Lucila Puyol, Guillermo Munné y Lucía Tejera, por “homicidio agravado” por ensañamiento y alevosía. El defensor oficial, Martín Gesino, había solicitado que los absuelvan porque las pruebas de la causa fueron “plantadas” y son “ilegales”. La posibilidad de un crimen político nunca se profundizó.
El crimen ocurrido en la noche del martes promete seguir sumando coletazos impensados.