Una gran confusión se generó respecto a cómo se van a desarrollar las diferentes actividades, en particular, el comercio, a partir de este sábado. De acuerdo a lo que indica el decreto nacional, solamente las actividades esenciales van a poder mantenerse activos. El resto, y en particular, quienes tengan la atención al público, no van a poder mantener sus puertas abiertas.
Así lo indicó José Frana, presidente de la Cámara de Comercio del Centro Comercial e Industrial de Rafaela, y la Región, en diálogo con FM Galena. “Todo lo que no sea esencial, no va a poder estar abierto”, describió.
Esto será así, por lo menos, hasta el 30 de mayo. “Y después de ahí, seguiríamos como estamos hasta ahora, con el cierre de los locales a las 17 y los que venden alimentos, a las 19. Pero, con la gran contradicción de no permitir la circulación, que por lo visto, no se cumple mucho″, detalló.
“Es una mezcla de sentimientos y ninguno de ellos es bueno. Hay dolor, porque está la pandemia que no es una cosa menor. Nadie la menosprecia. Se ha llevado muchas vidas. Pero también hay una cosa de fastidio, porque es un sector que viene cumpliendo los protocolos a rajatabla y termina siendo el perjudicado. Las empresas también se enferman, se mueren y detrás de ellas, hay personas. Puede que no sea la mejor comparación, pero bueno”, dijo.
“No se está igual que al comienzo de la pandemia, donde no había herramientas. Y se terminan tomando las mismas medidas que al comienzo. Y no he visto en ninguno de los niveles, ni nacional, ni provincial ni local, ningún tipo de autocrítica sobre las medidas que en muchas veces fueron marchas y contramarchas. Terminamos pagando siempre en la actividad privada estas situaciones que llevan a situaciones de desesperación en muchos rubros, que algunos no pudieron volver a abrir”, indicó Frana.
“En el mensaje del Presidente casi no hubo mención a las vacunas, que podría morigerar estas medidas”, dijo y sentenció: “La clase dirigencial en general (gobierno y oposición) necesitan ponerse los pantalones largos”.
“El peor efecto que deja la pandemia es la disociación entre la sociedad productiva y de servicios y la política. Son muy pocos que saben como funciona un comercio, una Pyme, un emprendimiento. No tienen la más mínima idea. Por eso, las ayudas nunca vienen por donde tienen que venir, porque no se tiene en cuenta cómo se opera.
“La realidad es que no sirven las ayudas anunciadas, más allá de los montos. No van en la dirección de que el comercio necesita. No necesita un crédito, sino un subsidio, porque te están obligando a cerrar y no podés generar ingresos. Se subsidia a gente que no tiene trabajo, lo cual está bien, pero no se piensa lo mismo para una empresa, porque se cree que tiene espaldas para aguantar”, cerró.