"El milagro puntaltense" fue el título de la prensa escrita de la época y eso fue. Una hazaña, una epopeya. Fue un recorrido inolvidable y, quizás la página más gloriosa en la historia del deporte puntaltense. Por única vez un equipo de nuestra ciudad llegaba al tercer escalón del fútbol argentino.
Apenas iniciaba el año 2004. El 2003 para Rosario había sido complicado pero, sobre todo doloroso a partir de la muerte de Hernán Germán. Luego de una buena campaña pese a todo, el club debía reorganizarse.
Edgardo Rayes tomó las riendas del club desde la presidencia y dirección técnica recaía en Juan Carlos Nanni pero la pretemporada no era buena y en medio del verano el "Gringo" fue despedido y, con el comienzo del Argentino "B" encima los dirigentes confiaron en Roberto Canutti para ganar el torneo de la Liga del Sur y cumplir, apenas participar, del Argentino "B". Aquella decisión resultó una parajoda.
El grupo inicial lo integraban Sporting, y dos equipos de Mar del Plata: Alvarado y Banfield, con prespuestos altos y la idea de pelear el ascenso.
Con pocos días de trabajo Canutti debió poner en cancha un equipo para debutar el 8 de febrero en el Mendizábal ante Sporting , equipo que se había armado para ascender y tenía con qué. El resultado derrota previsible en los papeles y apenas 1 a 0 con gol de Federico Nieto.
La segunda fecha marcaba la hora del debut en casa ante Alvarado, Horacio Mansilla convirtió para Rosario pero Alvarado lo dio vuelta. Una nueva derrota esta vez por 2 a 1. Con dos derrotas en dos partidos la historia parecía tener un pronto final.
La tercera jornada volvía a tener al equipo de Canutti de local, el rival Banfield de Mar del Plata, con intenciones de ascenso. La muestra de eso era que Gatti el arquero del marplatense ganaba más de 3 mil pesos. El arquero de Rosario, 300. Ganó Rosario 2 a 1, que continuaba preparándose para el torneo de la Liga del Sur.
El comienzo de las revanchas le daba a Rosario la tercera localía consecutiva. Fue la revancha del clásico. Un gol de Marcelo Nanni a poco del cierre puso el 2 a 2 final, una alegría para Rosario pero la realidad indicaba que el tricolor estaba casi afuera. Tenía que ganar las dos últimas fechas en Mar del Plata, en el estadio Mundialista.
Casi eliminado fue Rosario al "José María Minella" de Mar del Plata, no podía ni empatar ante Alvarado y, encima perdía a los 7 minutos. Pero sacó lo que había empezado a mostrar una fecha antes ante Sporting. Amor propio, temperamento, intensidad y un corazón enorme. Lo empató con Mansilla, pasó a ganarlo con un gol antológico de Sebastián "Boina" Ramírez (que solo llevaba dos partidos en primera) y Gamietea. Con este resultado llegaba con esperanzas a la última fecha, tenía que volver a ganar en el Mundialista.
El segundo golpe de Rosario en Mar del Plata llegó para sorpresa de todos, el 15 de marzo de 2004 lograba lo impensando. Ganaba por segunda semana consecutiva en el Minella y rompía todos los pronósticos. Otra vez dando vuelta un resultado. Se fue perdiendo en el primer tiempo 1 a 0 y con apariciones de Damián Segovia y Gamietea ganaba 2 a 1 y celebraba con cientos de puntaltenses que colmaron una de las cabeceras del estadio del Mundial '78.
Alem de Coronel Pringles era en apariencia un rival inferior en el comienzo de los cruces. Rosario entonado y sólido luego de una clasificación milagrosa enfrentaba a un rival de una liga menor y que estaba jugando sin demasiadas aspiraciones. Pero Rosario se complicó.
En Punta Alta empató 1 a 1 con un gol de Beratz y tuvo que ir a definir a Coronel Suárez ante el equipo pringlense que lo tuvo contra las cuerdas. Fue 0 a 0 y a penales. Manganaro atajó un penal pero también para erró cuando pateó y podía clasificar al "Rosa". Por suerte apareció Trotta y con un penal que manoteó el arquero Pilón y ni siquiera llegó a la red, Rosario festejó una clasificación innecesariamente angustiante y apenas merecida.
El clásico de Punta Alta paralizó a la ciudad durante 15 días y atrajo las miradas de toda la provincia de Buenos Aires hacia estos pagos. Rosario y Sporting se volvían a cruzar. Ida y Vuelta, primero en el Coloso, después en el Mendizábal, uno iba a seguir y el otro quedaba eliminado.
Sporting venía de ganar su llave vapuleando 10 a 2 en dos partidos a Independencia de González Chávez y Rosario de apenas pasar por penales ante Alem. El rojinegro estaba preparado para ascender, Rosario había avanzado más de lo previsto y de lo conveniente, teniendo en cuenta que iba a apostar al torneo local. Sporting favorito, Rosario partenaire.
Una vez más Rosario dio el golpe, y por duplicado ante un rival que quedó afuera antes de lo pensado. En la ida 2 a 0, Segovia y Nani los goles para poner la alarma de bomba en el vestuario rojinegro y la luz de la esperanza en el pueblo tricolor.
Aún estaban presentes los recuerdos de las finales del 2002. Esa era la fortaleza anímica de Sporting que confiaba dar vuelta la historia. Esos mismos recuerdos eran la motivación de Rosario, sediento de revancha. El pueblo rosarino fue con más fe que nunca, acaso contagiando al plantel. Quizás contagiado por esos jugadores que creían que todo podía ser diferente.
El partido empezó como una pesadilla. Gol de Gabriel González de penal para Sporting y penal errado por Mario "Pelusa" Martínez 1 a 0 abajo con mucho por jugar todavía. Los fantasmas del 2002 rondaban por el Mendizábal y parecían tener camiseta rojinegra.
Manganaro se hizo inmenso en el arco y tuvo una actuación consagratoria. Si algo le faltaba al equipo de Canutti era que el arquero se empezara a lucir y eso empezó a suceder en el Mendizabal aquel 17 de abril.
Sporting ganaba pero necesitaba un gol más, iba cada vez con menos ideas ante un Rosario que pensaba el partido y esperaba para dar la puñalada. Ante un Sporting desesperado toque entre Cardozo y López Rueda para que Marcelo Nanni corriera y corriera casi media cancha, dejara en el camino a Fermín Ponte y convirtiera acaso uno de los goles más gritados de la historia. "El gol de Nanni", como quedó para siempre en la memoria de los hinchas de Rosario. Cuando se dice el gol de Nanni, todos saben de que se habla en Punta Alta.
Delirio, emoción, torsos desnudos y lágrimas en muchas miradas de los hinchas que festejaban en la tribuna. De no creer, un mes atrás Rosario estaba casi afuera del Argentino, el 17 de abril daba otra sorpresa y eliminaba a Sporting cuando nadie lo pensaba. Los fantasmas, esos que aparecieron a comienzo de la tarde se fueron, y Rosario festejó como hacía tiempo no lo hacía.
Hubo fiesta en la cancha y en la tribuna, caravana por las calles y celebración en Humberto y Villanueva cuando llegaron los jugadores. El Argentino "B" seguía pero pocos sabían de que se trataba, sin embargo todos, absolutamente todos los hinchas del tricolor sabían lo que significaba haber ganado ese cruce ante el clásico rival.
Rosario tuvo que volver a enfrentar a un candidato, esta vez el turno de Santamarina de Tandil, otro de los equipos de presupuesto alto, andar sólido y aspiraciones de ascenso. Otra vez Rosario golpeaba en Punta Alta con un 3 a 0 inesperado, con un gol de Francisco Temporetti que resultó determinante para sacar la diferencia.
En la revancha el equipo de Tandil fue una máquina, aplastó a Rosario y le devolvió el 3 a 0 con una verdadera demostración de fútbol, cuentan que en ese partido Marcelo Nanni jugó lesionado pero dijo estar bien. Pudo convertir pero dejó en evidencia su lesión al casi no poder patear, dicen que esto molestó a Canutti, quien no volvió a darle minutos al delantero. Podría ser una anécdota, pero también marca un principio inalterable de aquel plantel. El grupo por sobre los nombres.
Rosario no pudo remontar el 3 a 0 y fue a penales y allí apareció otra vez Manganaro para quedarse con el remate de Domínguez y, luego que convirtiera Christian Álvarez, darle la clasificación al equipo puntaltense.
Otro milagro puntaltense, esta vez al pie de la sierra de Tandilia para dejar atrás la provincia de Buenos Aires y hacerse más Argentino.
Como uno de los mejores de la provincia Rosario Puerto Belgrano siguió su camino en la competencia. Deportivo Madryn el rival, primer partido en Chubut. Ambiente áspero para el visitante. Los chubutenses también buscaban el ascenso. Por eso días las tribunas eran hostiles para los que jugaban contra el Deportivo y los árbitros, localistas. No fue ese partido la excepción. Pero contra todos Rosario se trajo una desventaja de apenas un gol, fue 1 - 2 gracias a un gol de Beratz, pero perdió a Gamietea por expulsión.
Al domingo siguiente fue la revancha, por la mañana. Una vez más el "Coloso" era la fortaleza de los dirigidos por Canutti. Goles del uruguayo Cardozo y "Pelusa" Martínez para ganar 2 a 0 y quedar a un paso de la hazaña, la final era una realidad y esperaba Sportivo Desamparados de San Juan.
Llegó la final ante Sportivo Desamparados de San Juan, un rival que venía fuerte desde la zona de cuyo y no dejó dudas. Fue 4 a 0 en Punta Alta que sentenció la final, lo que no impidió que un centenar de puntaltenses viajaran hasta Puyuta para la revancha donde fue derrota, por un digno 2 - 3
Perdida la final con Desamparados había otra chance, la promoción. El rival 13 de junio de la remota ciudad de Pirané en Formosa, típico equipo de aquellas épocas "bancado" por un hombre fuerte, un legislador de apellido Zaragoza.
En la ida Rosario no dejó dudas, y con una muy buena tarde de fútbol no solo fue superior al rival, además fue contundente. Mario Martínez, Lucas Gamietea y Christian Álvarez marcaron para el 3 a 0 que ponía a Rosario ahí nomás, a un partido de llegar al Argentino "A".
El domingo 20 de junio fue el día, claro que para esto hubo que viajar un jueves por la mañana. Más de 2 mil kilómetros hasta Pirané, un colectivo reformado al que le sacaron la mitad de los asientos para tirar colchones y dormir o estirar las piernas lo más que se pueda. Todo para llegar a una ciudad que merece mil anécdotas y sorprendió a todo el plantel y delegación puntaltense.
Benítez puso el 1 a 0 a favor de 13 de junio en el primer tiempo, pero Rosario tenía dos cosas fundamentales a su favor. La diferencia de gol de la ida y el convencimiento que iba a ascender. Corrió poco peligro y pudo empatarlo, el corazón latió fuerte y la entrega fue total. Cuando el riesgo fue grande apareció Manganaro y el partido se fue agotando. Llegó el final del partido y el comienzo de una leyenda.
Abrazos interminables en la cancha, en el vestuario y en la tribuna donde un centenar de puntaltenses fueron testigos de la proeza a 2 mil kilómetros, la tierra donde, cerca de Paraguay, Rosario se hizo más argentino que nunca y puso el nombre de Punta Alta en el mapa futbolístico argentino.
Las radios llevaron el resultado y las mediciones de audiencia hubieran dado números de escándalo en Punta Alta.
Terminado el partido miles de hinchas se volcaron a las calles con sus banderas tricolores, desde todos los rincones de la ciudad aparecieron familias completas para celebrar un triunfo histórico.
Pero lo increíble sucedería el lunes, cuando tras 26 horas de viaje el colectivo de la delegación y el de los hinchas que volvían de Pirané pasó el puente naranja. El pueblo Rosarino y hasta hinchas neutrales esperaban a los héroes futbolísticos para dar comienzo a una procesión que tardó 3 horas hasta llegar al estadio de Humberto y Villanueva. Una marea francesa saludaba a un plantel histórico.
Las crónicas hablaron de 20 mil puntaltenses volcados a las calles, cierto o no una multitud quizás nunca vista aplaudió el paso del plantel de Canutti, un equipo humilde y de un corazón enorme que concretó algo difícil de igualar y que ni siquiera había soñado en el mes de enero.
Camino al Centenario, hace 15 años Rosario Puerto Belgrano vivía su hora más gloriosa en lo deportivo y quizás haya escrito la página más notable de la historia del deporte de Punta Alta.