Un amplio operativo de Gendarmería Nacional y de la Dirección de Defensa del Medioambiente de la Policía de Misiones se llevó adelante ayer miércoles en el microcentro de Posadas, donde una reconocida veterinaria fue allanada por orden judicial ante sospechas de comercialización y tenencia ilegal de animales silvestres.
Durante la inspección, las fuerzas constataron la presencia de más de un centenar de ejemplares vivos —entre tortugas, iguanas, yacarés, monos y serpientes—, además de 14 animales sin vida, todos en condiciones de hacinamiento y falta de higiene. También se hallaron reptiles guardados en tuppers y algunos ejemplares dentro de un freezer.
La medida fue ordenada por el juez de Instrucción Juan Manuel Montes, a partir de una denuncia presentada por la Fundación Ohana, especializada en rescate y conservación de fauna silvestre, que además participó del operativo como asesor técnico. El relevamiento permitió comprobar la existencia de permisos vencidos y la ausencia de documentación que respaldara la tenencia o comercialización de las especies.


Según fuentes judiciales, la causa se encuadra en el delito de maltrato animal, dado que no se verificaron elementos que indiquen un caso de tráfico ilegal, situación que hubiese requerido la intervención de la Justicia Federal. El operativo incluyó un inventario detallado de los ejemplares, la toma de muestras y fotografías, y una evaluación sanitaria de cada animal.
El propietario del local, identificado como Nicolás R., fue notificado formalmente de la causa y de las actuaciones en curso. Por el momento, el juez dispuso una medida de “no innovar”, lo que impide el ingreso o salida de animales del establecimiento, aunque no se ordenó su clausura definitiva.
Horas después del procedimiento, el comerciante publicó un breve mensaje en sus redes sociales, donde aseguró encontrarse bien y anticipó que brindará su versión de los hechos en un video, aunque evitó pronunciarse sobre las acusaciones.


La Justicia provincial deberá ahora definir el destino de los animales rescatados, que continúan bajo custodia mientras se analizan las pruebas recolectadas y se esperan nuevas pericias sobre el estado de los ejemplares. El caso generó una fuerte repercusión pública y el repudio de organizaciones ambientalistas, que reclamaron sanciones ejemplares ante la gravedad de los hechos.
