Regula "Reggi" Lacuna es la cara visible de Haras Itapé, dedicado a la cría de caballos sangre pura de carrera (SPC) y cuarto de milla. Después de seis años de trabajo, los primeros hijos de ese proyecto comienzan a transitar las pistas y las canchas de la región. Lacuna conoció Misiones como operadora turística, sigue trayendo visitantes de Europa a la región y tiene un lodge en El Iberá, pero eligió vivir junto a su familia en Fachinal, donde cumplió su sueño de vivir rodeada de los más briosos caballos del mundo.
Su trabajo la llevó del frío nevado de la Patagonia, al árido y montañoso Noroeste, al ruido de la urbe porteña y al verde profundo y las aguas exuberantes de la Mesopotamia, paisaje del que no se pudo despegar y en el que echó raíces. Hoy concentra su actividad como operadora turística en la región, trayendo europeos a recorrer desde Colonia Carlos Pellegrini, en los Esteros del Iberá, hasta las Cataratas del Iguazú.
Pero según reconoce, su verdadera pasión está puesta en los caballos y en el haras que construyó en Fachinal, donde también cría a sus hijos en un bucólico entorno campestre.
"Empezamos hace 6 años a criar caballos pura sangre y cuarto de milla en nuestro Haras Itapé tenemos un padrillo pura sangre y uno cuarto de milla y están saliendo nuestros primeros productos a las canchas y a las pistas, a partir de los resultados que tengamos vamos a ver qué podemos cambiar para mejorar", explicó Reggi en entrevista con Misiones Online.
Definió al suyo como un "haras boutique". "Tenemos diez madres, dos padrillos, tampoco tenemos un campo grande ni tanta estructura. Un caballo de carrera necesita cuidado especial, estar encerrado en caballerizas, hay que cuidar mucho la alimentación, eso requiere mucho cuidado y una inversión muy grande", aclaró.
El haras vende potrillos y potrancas de alta calidad genética tanto de sangre pura de carrera como de cuarto de milla, a clientes que los preparan para correr, también para la práctica de otros deportes ecuestres como el polo o pruebas de riendas, sin embargo la principal apuesta comercial pasa por reservar a los ejemplares que muestren mejores aptitudes, prepararlos para la competencia y venderlos recién después de que se ganen un nombre en las pistas a fuerza de triunfos. Aunque Reggi reconoce que eso depende en buena medida de los imponderables de la suerte.
"Vendemos los caballos por la zona, puede ser de potrillo o de grandes cuando ya están enseñados y amansados. Pero nuestra idea es que debuten con el nombre de nuestro haras, se ganen un nombre en las pistas y después sean vendidos", remarcó.
Además del objetivo comercial, el haras pretende hacer docencia en técnicas de amansamiento sin violencia y para ello realizó el año pasado un curso de doma india con los reconocidos domadores puntanos de la familia Scarpati.