Horacio Rodríguez Larreta puso el pie en el acelerador del armado de su candidatura presidencial. Está convencido de que Mauricio Macri tiene la intención de competir y, con más razón, busca sumar aliados para hacer frente a su hasta hace poco jefe político.
El Jefe de gobierno porteño organizó estos días dos fotos como indica el manual de campaña del PRO. Primero, en Tres de Febrero, posó con 40 dirigentes, incluidos el intendente Diego Valenzuela, el anfitrión, y Diego Santilli, el elegido para disputar la gobernación.
Segundo, en Palermo, con 150 referentes del interior, entre ellos, postulantes que ostentan chances de ganar en las provincias, como Rogelio Frigerio, en Entre Ríos; y Claudio Poggi, en San Luis. En ambas imágenes se usó el mismo formato: arboleda de fondo y el lema “preparándonos para gobernar”.
Todos miran al 2021
La principal preocupación dentro de Juntos por el Cambio es si el oficialismo avanza en la suspensión de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), lo que complicaría la definición de candidatos dentro del espacio. Ese sistema permite a la oposición de turno ordenar las candidaturas en condiciones igualitarias y zanjar peleas de marquesina.
El oficialismo, en general, ejerce un liderazgo interno más claro y cuenta con recursos y el aparato del Estado, lo que lo favorece. El fenómeno se conoce como “cancha inclinada”.
Los principales impulsores de cancelar las primarias son los gobernadores del peronismo, que hace más de un mes lo plantean puertas adentro del Frente de Todos. No está aún el aval final de Cristina Kirchner a esta jugada y hay algunas dudas sobre su posición ya que la reforma política que dio vida a esta modalidad es de su autoría, en 2009.
En la Cámara de Diputados, la bancada del oficialismo está muy cerca de conseguir los 129 votos necesarios para su aprobación. El anticipo de los legisladores de Córdoba sobre su postura en contra de las PASO le deja servida en bandeja la posibilidad a los K.
Los principales perjudicados ante este escenario son los “sin tierra”. Por ejemplo, Patricia Bullrich. Es presidenta del Pro y tiene gran exposición mediática, pero carece de estructura y financiamiento, en comparación con otros rivales. Ella se mueve como puede, con coqueteos entre el ala dura de los radicales y hasta los libertarios. Macri también la termina esmerilando porque, en definitiva, pescan entre los mismos electores: los halcones.
El fundador del Pro disfruta de su rol por encima de Larreta y Bullrich, a quienes alienta a correr con sus aspiraciones. Dice que no va a apoyar a ninguno si plantean la misma agenda.
El expresidente insiste en llegar al año que viene con un programa de gestión definido, mucho más duro que el que él mismo encaró durante su mandato. Macri no descarta ser candidato presidencial y se muestra encantado de retomar las caminatas por el conurbano o el interior del país.