El presidente Alberto Fernández retomó hoy sus apariciones públicas oficiales, después del reposo que cumplió la semana pasada para atenderse de una hernia de disco. Fernández participó este mediodía de la inauguración de una sede de la Universidad Nacional del Oeste, en Merlo, localidad del Gran Buenos Aires.
En su discurso, el mandatario no hizo ninguna alusión a la interna del oficialismo, pero sí dejó críticas a la opositora Juntos por el Cambio y un párrafo electoral: “Cuando llegue el momento (de votar), no se dejen confundir porque lo que le van a proponer es volver a ese pasado”, dijo.
Alberto Fernández llegó al nuevo edificio de la Escuela de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional del Oeste (UNO), con los ministros nacionales Gabriel Katopodis (Obras Públicas) y Jaime Perczyk (Educación), funcionario muy cercano a la vicepresidenta Cristina Kirchner. Recorrió los salones, gabinetes de ciencias y aulas nuevas, conversó con los estudiantes. Recordó que se trataba de un día especial: justo hoy se cumplen tres años del inicio de la cuarentena para prevenir la pandemia de COVID-19. “Será que Dios dijo: ‘Recordá aquel día celebrando que avanzamos, que estás poniendo en potencia la salud y la educación pública’”, expresó Fernández.
Pese a que no cesan los cuestionamientos a su gobierno por parte de sectores kirchneristas, el Presidente evitó referencias en su discurso que pudieran aumentar las susceptibilidades internas. De todos modos, llamó la atención que no participara del acto el gobernador Axel Kicillof.
Fernández también evitó mencionar otros dos puntos incómodos para el Gobierno: la semana pasada el Indec arrojó un grave número inflación (6,6) y hoy se informó que se postergaban pagos al Fondo Monetario Internacional por una semana.
“Asumimos el 10 de diciembre de 2019 con una ganas terribles de poner orden en un país que se había desordenado mucho. Sabíamos que teníamos que hacer frente a una deuda defaulteada que nos había dejado el anterior gobierno, que teníamos que discutir con el FMI una deuda que no hubiéramos tomado nunca, y lo que no esperábamos era que cayera una pandemia y tampoco esperábamos que haya una guerra que pusiera en crisis la economía del mundo. Y cuando esta empezara a desaparecer en sus efectos, tenemos la mayor sequía que la Argentina padece desde 1929″, resumió Fernández.
El Presidente buscó contrastar con Juntos por el Cambio al referirse a recientes inauguraciones de infraestructura universitaria en Tierra del Fuego, Misiones y mañana en Chaco. “El que piensa que una universidad sobra debe saber que el que está sobrando es él. En los tiempos que vivimos porque el conocimiento es el secreto de la riqueza de las sociedades”, sostuvo.
También reivindicó el papel de las universidades públicas en el desarrollo de la ciencia y la tecnología, en colaboración con el CONICET “y empresas y laboratorios privados”. Puso de ejemplo en el campo de la salud, el diseño de barbijos nacionales, de los kit de detección de Covid, y la vacuna contra el coronavirus que se está desarrollando en la Universidad Nacional de San Martín (también en el conurbano bonaerense).
Fernández intentó diferenciar su gobierno de las propuestas de país de la oposición. “Muchos han creído que la industria y el desarrollo de las ciencias y la tecnología no era el destino de la Argentina; han creído que la Argentina es un país agrícola-ganadero y lo que tiene que hacer el producir granos y venderlos. Faenar vacas, pollo y cerdos y exportarlos. Y la industria ahí nunca aparece y la ciencia y tecnología nunca se desarrolla”, comparó.
“Los que dicen que los hijos de los pobres nunca llegan a la universidad, los que dicen que las universidades sobran, todos esos, nos desalientan. Ese desaliento atenta contra la credibilidad de la política”, dijo el Presidente.
Reconoció, sin embargo, que “la política hace mucho barullo”, aunque dijo que intenta “cerrar los oídos al barullo de la política, y tratar de escuchar el murmullo de la gente”.
Alberto Fernández pidió “reflexionar” porque “en medio de tanto barullo, hay dos modelos de país, no somos todos lo mismo: a nosotros nos duele la falta de estudio, salud y de educación del otro, y para ellos es un problema del mercado. No somos lo mismo”, insistió.