El sacerdote Justo Ilarraz, condenado a 25 años de prisión efectiva por abuso y corrupción de niños y adolescentes de entre 10 y 14 años, apelará este jueves la sentencia, en una audiencia en la Cámara de Casación Penal solicitada por sus abogados defensores, revelaron fuentes allegadas al caso.
La audiencia, que comenzará a las 9, tendrá como Tribunal a los jueces Alejandro Cánepa, Cristina Lía Van Dembroucke y Dardo Tórtul.
El 21 de mayo de de 2018, los jueces Alicia Vivian, Carolina Castagno y Gustavo Pimentel lo condenaron por unanimidad a la pena máxima que establecía el Código Penal de ese entonces.
La prisión preventiva para Ilarraz, bajo la modalidad de arresto domiciliario, la cumple en un departamento ubicado en calle Corrientes de Paraná, a menos de 10 metros de una escuela secundaria.
Los magistrados encontraron culpable a Ilarraz de promoción a la corrupción de menores agravado por ser encargado de la educación de los mismos, en cinco de los siete casos denunciados.
En tanto, fue declarado culpable de abuso deshonesto agravado por ser encargado de la educación de las otras dos víctimas que lo denunciaron y testimoniaron en el juicio, quienes hoy tienen cerca de 40 años.
Los abusos fueron perpetrados mientras Ilarraz se desempeñaba como preceptor en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo de Paraná, entre 1985 y 1993.
Tras la sentencia, el fiscal Francisco Ramírez Montrull calificó de "histórica" la condena al señalar que "hay muchas otras causas abiertas a lo largo de todo el país" y afirmó que sirve "para que otras víctimas crean, se acerquen y puedan hablar".
En ese sentido, detalló que "hay personas que son víctimas pero no dimensionan lo que les afecta el abuso y siguen sus vidas, hasta que en un momento logran hablar y destapan una olla en la que se dan cuenta cuánto afectó".
El de Ilarraz fue el segundo juicio en Entre Ríos contra un integrante de la iglesia Católica, tras la condena a 25 años de prisión efectiva, también por abusos, al párroco Juan Diego Escobar Gaviria en septiembre de 2017.
Durante casi un mes de audiencias testificaron 24 curas, cuatro ex sacerdotes, tres obispos, las víctimas y sus familiares e Ilarraz, que dijo que "todo fue un plan orquestado por una" de las víctimas.