Un hombre, oriundo de la provincia de Buenos Aires, decidió comprar por Internet una camioneta Toyota Hilux color gris. No obstante, los vendedores -miembros de la comunidad aborígen zíngara, de la ciudad de Neuquén-, lo estafaron.
El lunes 7 de marzo Walberto, de la localidad de Moreno, se contactó con los vendedores del rodado a través de Marketplace de Facebook. El mismo tenía un valor de $1.200.000.
Luego de ver la publicación, decidió comprarla y llamó a las personas que ofrecían el vehículo. En diálogo con LM Neuquén, recordó: “Arreglamos todo por teléfono, ellos me dijeron que viniera, que trajera el dinero y que acá tenían un gestor que iba a hacer los papeles y todo”.
El comprador viajó hasta Neuquén en colectivo para efectuar la compra. Una vez en la terminal, tres hijos del vendedor se acercaron para llevarlo hasta la casa, pero en la vivienda le mostraron algunos autos fundidos que no eran lo acordado.
Frente a esto se quejó y finalmente le mostraron la Toyota que estaba publicada en Facebook: “Entregué un millón de pesos en efectivo y doscientos mil por Mercado Pago”, detalló.
Una vez concretado el pago, le aconsejaron que pruebe el motor de la camioneta, para ello tuvo primero que cargarle combustible. Le llenó el tanque y gastó más de $3000 en eso.
Ya de vuelta en la vivienda, ubicada sobre calle Independencia, los esperaba el gestor encargado de realizar los trámites legales para entregar el vehículo a su nombre. “Me hicieron firmar varios papeles para que pudiera hacer todo. Supuestamente al día siguiente ya iba a estar todo hecho”, señaló el bonaerense.
Al volver por el rodado, sin embargo, le dijeron que los trámites no se habían concretado y tuvo que esperar varios días. Como nadie le daba noticias sobre su compra, Walberto comenzó a llamar al vendedor.
En un principio lo atendió e intentó tranquilizarlo diciéndole que los trámites se estaban llevando a cabo. No obstante, con el correr del tiempo, la conversación se tornó en amenazas.
“Discutimos una vez y yo les dije que iba a hacer la denuncia, pero me dijeron que acá ya los conocían y la denuncia no iba a llegar a ningún lado”, explicó el hombre.
En los últimos días, a más de un mes de la estafa, el damnificado decidió regresar a la provincia y efectuar la denuncia en la Comisaría Primera. Al nombrar el apellido de los estafadores, los efectivos se miraron entre ellos y le dijeron que no era al primero que le pasaba.
“Yo quiero hacer pública la estafa que sufrí, hoy no tengo donde estar. Me voy a quedar a dormir en la terminal, pero no me vuelvo hasta que no me entreguen la camioneta o me devuelvan toda la plata que entregué”, finalizó.