Un nuevo caso de bullying infantil se registró en la provincia de Neuquén, esta vez, un niño musulmán de solo seis años fue discriminado por su religión. Durante el primer día de clases, al nene le escribieron un cartel con la palabra “terrorista”. Lo llamativo fue que la persona que lo hizo, era una mujer adulta que trabajaba como acompañante terapéutica en el aula.
Se supone que el primer día de clases es, para los niños, un día de emociones, alegrías y un poco de nerviosismo. Están a punto de empezar una nueva etapa, reencontrarse con sus compañeros y conocer a sus maestros. Pero este no fue el caso de un nene de seis años que fue víctima de bullying por parte de una adulta.
En el marco de una actividad en el salón de clases, al nene le escribieron en un cartel, que iba en el lado izquierdo del guardapolvo, la palabra terrorista. El pequeño sabía leer y escribir, pero no entendía la connotación que tenia esa palabra. “Mi hijo me pregunto que es terrorista y yo le dije que es una palabra muy fea” dijo Romina, la madre del menor, en diálogo con TN. “Nosotros sentíamos que teníamos que cuidarlo y no trasladarle toda esa angustia que a nosotros nos generó lo que había pasado”, agregó Romina.
La mujer dijo que quería escribir la palabra “terrorífico”
La madre del pequeño contó que la persona que escribió esas palabras fue una acompañante terapéutica que estaba con los nenes en la clase. Romina fue a la escuela para hablar con la mujer pero no la encontró. Notificó a la docente del aula y a la vice directora quieras no sabían lo que había pasado.
“La mujer consiguió mi numero y me mando un audio. Me dijo que ella no había escrito nada y ahí le mandé la foto. Se quiso justificar diciendo que fue un error, que mi hijo le pidió que escribiera “terrorífico” y escribió “terrorista”, contó la madre.
La acompañante terapéutica ya había trabajado antes con esos alumnos. Sorpresivamente decidió desvincularse de la escuela por decisión propia. Según contó Romina, “a nivel directivo no iban a hacer nada, por lo que se sintió poco acompañada y decidió no trabajar más”.
Los padres se acercaron a la escuela para buscar soluciones pero no las encontraron. “Esto empezó entre adultos y tenemos que resolverlo nosotros. La escuela trató de minimizar la situación”.
Lo que sucedió afectó profundamente al nene de seis años quien perdió las ganas y el entusiasmo de ir a la escuela. ““No quiero ir” , me dice mi hijo y no me da ninguna explicación al respecto”, dijo Romina. Por otra parte, la madre aseguró que el niño tiene buena relación con sus compañeros e incluso los padres se solidarizaron con lo que sucedió. Sin embargo la escuela, aun no tomó cartas en el asunto.