Un gesto que derrite. Un comerciante local hizo posible que los niños de la Unidad de Acción Familiar La Cabrita Blanca cerraran el año de la mejor manera. El hombre les regaló heladitos como reconocimiento a la institución.
Sin ser Papa Noel, Miguel Ángel Vivero sorprendió a los más chiquitos con un obsequio dulce y refrescante. El gesto se realizó con motivo del cierre de fin de año y los destinatarios fueron alrededor de 50 niños que asisten a la institución, cuyas edades van desde los 45 días hasta los 3 años.
Vivero armó una heladería improvisada en el pasillo de la Unidad de Acción Familiar mientras los alumnos y docentes se encontraban en el tradicional acto de fin de año que celebra el centro educativo para los más pequeños de la localidad.
Cuando finalizó la ceremonia se llevaron una grata y refrescante sorpresa. Nadie quiso quedarse sin su sabroso premio y cada niño paso a buscar su helado.