La década del 90 fue nefasta para el ferrocarril en Argentina. La advertencia del ex presidente Carlos Saúl Menem se convirtió casi en un lema cuando reforzó su tristemente célebre frase: “ramal que para, ramal que cierra”; llevándola a la práctica. Y con la “muerte” del ferrocarril como un medio que vinculaba a todo el país por medio del imponente tendido de vías -una especie de sistema circulatorio compuesto por venas de acero y durmientes de madera-, también murieron algunas ciudades del interior. Una muerte prácticamente simbólica, pero que repercutió en todos los pueblos que habían crecido alrededor de las principales estaciones.
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En Luján, la Estación Blanco Encalada es un claro reflejo de este quiebre que se dio con la desaparición del ferrocarril. Entre la década del 60 y principios de los ‘90, esta localidad -que durante mucho tiempo estuvo en disputa entre Luján de Cuyo y Las Heras, y era identificada con el mismo nombre de la estación hasta que finalmente la Justicia determinó que era jurisdicción de Luján de Cuyo (la comuna oficializó el nombre Las Compuertas para todo el distrito)- vivó sus años dorados. Y, por supuesto, de la mano del ferrocarril.
Con la intención de recuperar esa historia y esas páginas que pusieron al pueblo y a la estación Blanco Encalada entre los hitos más importantes de la historia del ferrocarril (de hecho, este parador era clave para histórico Tren Trasandino), el martes 18 de mayo -y en sintonía con el Día Internacional de los Museos- fue presentada la revalorización del Museo Ferroviario Alejandrino Alfonso en el lugar.
Néstor Flores, el referente
Si bien el museo lleva el nombre de Alejandrino Alfonso, la figura de Néstor Antonio Flores es fundamental; tanto en la historia del espacio como de toda la comunidad del lugar. De hecho, él fue el creador del espacio -que montó en su propia casa en un principio-, y eligió el nombre de Alejandrino para el museo como un homenaje a un amigo y ex compañero a quien quiso mucho.
“Mi abuelo, Néstor Flores, era ferroviario y llegó en 1964 al lugar como jefe de la Estación Blanco Encalada. Desde el primer momento se convirtió en una especie de referente de la comunidad, y la estación no solo tuvo su rol desde la importancia del tren, sino que también se convirtió en el centro del lugar y un punto de encuentro. Hasta 1992, cuando dejó de llegar el tren. Sin embargo, después de eso mi abuelo siguió siendo un referente en el lugar. Preparaba el festejo del Día del niño, armaba juegos y siempre participaba de todo lo que se hiciera”, resume su nieta Nadin Minuzzi, quien -junto a su familia- ha tomado la posta para revalorizar el espacio y son quienes impulsaron la creación de la Fundación Néstor Flores para darle un valor agregado al museo en la vieja estación.
Si bien desde 2004 Flores cuenta con una invaluable colección (desde lo nostálgico) de artículos que hacían a los años de gloria del tren y que mantienen vivo el espíritu ferroviario en la zona y los ha dispuesto en esta misma estación (en el Museo Alejandrino Alfonso), el espacio se encuentra un tanto desprotegido por las propias circunstancias de la vida. Y por esto mismo es que con la presentación de la fundación, el objetivo de la familia es poner en valor el punto desde lo cultural. Y que funcione como un museo propiamente dicho, con todas sus características.
“Por como es mi abuelo, él tiene las puertas de casa siempre abiertas; y muestra estos objetos a quien se muestra interesado en aprender o recordar la historia del ferrocarril en el lugar. Al lado de la estación hay una casa que era de mi bisabuela, y él tenía todo guardado ahí; teléfonos, muebles... ¡Era toda una aventura verlos y escuchar a mi abuelo contar la historia! En 2004 reabrió la estación como museo, y acomodó todo en el lugar. Pero estaban un tanto descuidados los objetos”, rememora Nadin, quien destaca que ahora se pretende darles una mayor protección a estas joyas históricas.
Recuperación
Hace algunos años ya -antes incluso de que se resolviera la disputa territorial entre los departamentos de Luján de Cuyo y Las Heras- se instaló un asentamiento en el lugar, con familias vulnerables que levantaron sus viviendas en las inmediaciones de la estación Blanco Encalada.
“El entorno comenzó a cambiar mucho, toda la comunidad en general; y mi abuelo ya no tiene la misma energía de antes. Por eso pensamos que lo mejor era recuperar y mejorar el museo en la estación en este momento, para poder protegerla y cuidarla. La verdad es que en un momento pensamos cerrarla para que nadie se meta a romperla o robar cosas; pero no queríamos que se genere una distancia. Todo lo contrario, nos llamó la idea de trabajar con la comunidad para generar una identidad en la zona, y que la gente cuide y sienta propia la estación”, agregó la nieta del ex jefe de la Estación Blanco Encalada.
Ya hecha la presentación recientemente, ahora restan pasos fundamentales para poder refuncionalizar el museo al público. El proyecto incluye instalar vitrinas en el lugar -Néstor Flores tiene todos esos tesoros bien resguardados, aunque sin ciertos cuidados meticulosos-, luces adecuadas para que no dañen los objetos e instalar todo en el espacio.
“En mi familia estamos muy comprometidos con la inclusión y la accesibilidad, por lo que una de las ideas es generar códigos QR al lado de cada pieza; con la posibilidad de que se incluya Lectura Fácil, pictogramas y audiolibro; que sea para todo el mundo. Al lado de la estación hay un galpón que hoy se usa como depósito y la idea es recuperarlo y hacer allí muestras de arte y talleres; en la medida en que se pueda”, sintetizó Nadin Minuzzi.
Actividades en conjunto con bodegas del departamento, actividades culturales como concursos de fotografías e, incluso, convocatorias para pintar y dejar a punto las instalaciones son las próximas metas que se han propuesto los responsables del flamante museo; aunque claro está que será una vez que se flexibilicen algunas restricciones. “Incluso, lo del concurso de fotos -que es una de las próximas actividades- estamos pensando en lanzarlo de forma virtual”, agregó Nadin.
Una figura clave
El ex jefe de la estación Blanco Encalada, Néstor Flores, no sólo es un referente en la zona -pese a los años sigue siéndolo, ya que esas son cosas que no se pierden con el paso del tiempo-; sino que es también una figura clave en la historia del ferrocarril en Mendoza.
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Es uno de los protagonistas del documental Buenos Aires al Pacífico -un ensayo cinematográfico basado en el tren que unía los océanos Atlántico y Pacífico- y su figura es parte de la historia y el testimonio viviente del ferrocarril en Mendoza.
“Mi abuelo está feliz, hemos bautizado la fundación con el nombre Estación Néstor Flores; mientras que el museo ferroviario se seguirá llamando Alejandrino Alfonso, ya que es el nombre que le puso él en honor a un gran amigo”, concluyó su nieta.
El museo en las redes
Instagram: @museoferroviarioalejandrino
Facebook: museoferroviarioestacion